septiembre 01, 2013

Las Redes Sociales Deprimen




Los adolescentes que pasan mucho tiempo en las redes sociales
presentan síntomas de depresión

Actualización : julio 13, 2015

Ldepresión se caracteriza por una tristeza profunda y la inhibición de las funciones psíquicas. Lo que habría que averiguar es ¿ Qué de Facebook puede causar tristeza profunda ? Así sean más los beneficios obtenidos de las nuevas tecnologías, no siempre se tiene la misma consecuencia en todas las personas.

La depresión es una realidad en el ser humano. No hay un patrón que determine qué puede causar o no la depresión, depende de la persona. Por eso Facebook o las redes sociales en general, pueden tener características que produzcan efectos depresivos en algunos usuarios.

Algunos psiquiatras consideran que se trata de una nueva modalidad de depresión en los jóvenes y señalan que se refleja en el grado de obsesión que muchos adolescentes experimentan con las redes sociales, donde se comparan repetidamente con los demás.

La crisis y las relaciones personales favorecen cada día más el aumento de enfermedades con patologías psicológicas. El abuso de las redes sociales supone un peligro en personas que sufren dificultades emocionales.

Las redes sociales son la principal fuente de comunicación entre jóvenes y cada vez más entre adultos en nuestra sociedad. El uso de estas herramientas resulta útil para hablar con amigos y conocer gente.

Facebook, así como la mayoría de las redes sociales, muestran a personas que dicen pasarlo muy bien, haciendo actividades excitantes; van a fiestas, viajan y cuelgan las fotos, tienen éxito y una gran cantidad de amigos y vidas que merecen la pena ser vividas. Es normal que en Facebook sólo se muestre la cara amable de la vida de las personas. Uno no va a publicar que está amargado o que es un fracasado. Todo lo que sea negativo se esconde. Algunos adolescentes con problemas de autoestima se sienten mal porque se ven incapaces de alcanzar esa popularidad y lo viven como un fracaso.

Depresión Facebook

La Academia Americana de Pediatría (AAP) en 2011 publicó en la revista Pediatrics un informe sobre los efectos de los medios sociales en niños y adolescentes. El informe sugiere que la exposición a Facebook podría causar trastornos depresivos o de ansiedad. El uso de estas redes es un indicador a tener en cuenta a la hora de valorar la salud de niños y adolescentes. Según el documento, los expertos de esta institución creen que se debería incluir en el cuestionario médico datos relativos al uso de Facebook y otras redes sociales con el objeto de diagnosticar (y a ser posible prevenir) una posible depresión infantil.

Los informes emitidos por la Academia de Pedriatría, indican que la causa puede ser la sensación de no estar lo suficientemente "conectado" como el resto de personas por la cantidad de fotos colgadas, número de 'amigos' en la red, comentarios en el muro, etc. Para el joven tímido que en el día a día le cuesta generar relaciones de amistad, la red podría ser la extensión de ese esfuerzo.

La AAP califica este fenómeno como “Depresión Facebook”, y asegura que los niños afectados por ésta estarían en riesgo de aislamiento social o tendrían poca autoestima, lo que se sumaría a una gran cantidad de tiempo pasada en la red social, algo que se convertiría en un elemento depresivo.

Lauren Jelenchick y la doctora Megan Moreno de la Universidad de Wisconsin, evaluaron en tiempo real la actividad en Internet y la depresión clínica.

Podría ser más doloroso que los encuentros de la vida real que hacen sentir mal a los adolescentes, según Gwenn O'Keeffe, coautora del estudio, ya que “Facebook provee una visión distorsionada de lo que en verdad está ocurriendo”. Además, esta red social promueve una atmósfera de competitividad social, según los autores.


Su uso excesivo puede tener negativas consecuencias. En esos casos, los jóvenes se vuelven  más competitivos ya que algunos se entristecen por ver que sus amigos tienen mayor estatus, porque reciben más visitas y mensajes. La envidia y los celos se magnifican en este medio, explica Michael Brody, psiquiatra que participó en la elaboración del informe. Lo que el psiquiatra no tiene tan claro es si Facebook lleva a la depresión o si los adolescentes que tienen tendencia a la depresión pasan más tiempo en las redes.

Frente a los resultados obtenidos, los autores del análisis concluyen que gran parte del desarrollo emocional y social de los infantes y jóvenes está sucediendo en Internet y en las redes sociales. Por ello, recomiendan a los padres cuidar a sus hijos y estar pendientes de su conducta en la red con el objetivo de evitar posibles depresiones y acosos.


Mientras más visitan las redes sociales, más se deprimen

Estudios recientes realizados en la Universidad de Stanford y en Utah Valley University en Estados Unidos, aplicados especialmente a adolescentes y adultos jóvenes, han demostrado que aquellos que más visitan las redes sociales, sobre todo, Facebook, Instagram y Twitter, tienden a deprimirse más.

Estudio de la Universidad de Stanford dirigido por Alexander Jordan y publicado en 2011 en la revista Personality and Social Psychology Bulletin.

En una serie de cinco experimentos el estudio, que fue inspirado en la experiencia de la envidia en Facebook, identificó varios factores entrecruzados en el fenómeno de desear lo que los demás tienen.

Los primeros dos experimentos mostraron que la gente continuamente subestima cuán frecuentemente la otra gente tiene emociones negativas, mientras que sobreestima la frecuencia con la que ellos mismos tienen emociones positivas. Eso ayuda a explicar por qué las demás personas parecen divertirse tanto, generalmente tienden a ser más felices en ambientes sociales, y usualmente no expresan sentimientos de soledad o depresión cuando están en un grupo. En contraste, muchas de nuestras emociones negativas son experimentadas a solas, así que somos los únicos en vernos en nuestros momentos más solitarios o depresivos.

Un tercer experimento del estudio de Stanford exploró si esos errores de percepción tenían consecuencias emocionales. Eso sugiere que los esfuerzos de “control de la imagen”, en persona o en línea, probablemente empeoran el aislamiento y el disgusto de los amigos, al añadirse a su impresión de que su vida y la de los demás son más felices y exitosas que la suya. Las emociones de los individuos cuando están en público tienden a esconderse, al menos las negativas. En Facebook, sólo se ven los momentos divertidos, nadie quiere publicar situaciones tristes, ni sus problemas económicos, o su rompimiento con la pareja. Todo lo negativo se esconde. Allí, donde todo se comparte con los amigos y familiares, sólo se querrá mostrar lo positivo y lo grandiosa que es la vida.

La vida y las relaciones interpersonales pierden toda la privacidad en las redes sociales, el contacto con los demás se vuelve completamente público y través de ellas cualquiera puede enterarse de lo que hacen los demás, perdiendo todo tipo de intimidad y volviendo más vulnerables a los usuarios.

El uso indiscriminado de estas redes puede impactar directamente en el estado de ánimo de las personas causando más angustia que felicidad. Leer comentarios negativos o que se burlan de la gente, descubrir fotos de la pareja con otra persona, enterarse de que el ex acaba de casarse, o ver una fiesta a la que no fueron invitados, son motivos bastante válidos para deprimirse.

Como en cualquier situación, los excesos pueden llegar a ser muy dañinos y la adicción a las redes sociales no sólo cambia el comportamiento de las personas, especialmente de los jóvenes, quienes se ven más afectados psicológicamente en cuanto a sus relaciones interpersonales, sino que tiende a convertirlas en seres dependientes de la red, frustrados y tristes.

La investigación de la universidad de Utah realizada en 2012 reveló que los usuarios que pasan demasiadas horas en la red social pueden sentirse infelices al ver las fotos que comparten sus contactos.

Para el estudio, se les preguntó a 425 estudiantes si estaban de acuerdo o en desacuerdo con frases del estilo “mis amigos tienen una mejor vida que yo” o “la vida es injusta”, después de ver imágenes de usuarios sonriendo, festejando en una discoteca o paseando por distintas partes del mundo.

El 95 por ciento de los usuarios menores de 23 años afirmó, a partir de dichas preguntas, que se sentía triste al ver que sus amigos eran más felices que ellos mismos. Los investigadores también sostienen que cuanto más tiempo navegan en Facebook, más piensan en los otros y más se deprimen.

Según la investigación, el mal humor prevalece entre los usuarios más activos, mientras que los que pasan menos tiempo en esta red social se entristecen menos. El grupo de la Universidad de Utah concluyó que la solución para mejorar el estado de ánimo es dejar lo virtual y tener más interacción física con los verdaderos amigos.


Envidia en Facebook: Una amenaza escondida para los usuarios

Un estudio del Instituto de Sistemas de Información de la Universidad Humboldt de Berlín y de la Universidad Técnica de Darmstadt (Alemania) realizado en enero 2013 alerta sobre la experiencia negativa que significaría para algunas personas visitar la red social.

El trabajo, elaborado conjuntamente por las dos universidades alemanas, descubrió una envidia desenfrenada en Facebook, la mayor red social del mundo, que tiene más de 1.000 millones de usuarios. Los investigadores vieron que una de cada tres personas se sintió peor y más insatisfecha con su vida tras visitar la página, aunque sea simplemente para echar un vistazo. La envidia les hace sentirse solos, frustrados o enfadados.

Los investigadores descubrieron que las fotos de vacaciones eran la principal causa de resentimiento.

La interacción social fue el segundo motivo común de envidia ya que los usuarios comparan cuántas felicitaciones de cumpleaños reciben con las que obtienen sus amigos en Facebook y cuántos "me gusta" o comentarios hay en las fotos o entradas de los demás. El seguimiento pasivo despierta envidia y los usuarios anhelan especialmente la felicidad de los otros, el modo en el que los otros pasan sus vacaciones y socializan. Descubrieron que los treintañeros son los que sentirían probablemente más resentimiento por la felicidad familiar, mientras que las mujeres son las que más envidian el atractivo físico.

Los investigadores basaron sus conclusiones en dos estudios en los que participaron más de 600 personas. Según el trabajo, los hombres muestran en facebook una mayor tendencia a la autopromoción de sus logros, mientras que las mujeres se centran en su aspecto y vida social. Los usuarios perciben frecuentemente Facebook como un ambiente estresante.

Estudio realizado por Alex Jordan (Ph.D en Psicología por Stanford) en febrero 2013

Dentro del actual sistema sociocultural, moldeado en buena medida a partir de los patrones financieros, en el cual la competencia es la máxima que rige las relaciones humanas bajo la premisa de la escasez (lo que alguien tiene es algo que dejo de tener yo), Jordan comprobó que el atestiguar el éxito o la felicidad de los demás miembros de la red social puede favorecer nuestra depresión. La idea surgió cuando este experto en psicología se puso a observar las reacciones de sus amigos frente a Facebook y notó que se sentían un poco huraños cuando chocaban con fotos espectaculares, logros académicos o profesionales o alegres actualizaciones.

Pero nuestra costumbre de sobreestimar la felicidad ajena no es algo nuevo. Al respecto Jordan cita una frase de Montesquieu “Si solo quisiéramos ser felices sería fácil; pero lo que queremos es ser más felices que los demás, lo que es generalmente difícil, pues pensamos que ellos son más felices de lo que en realidad son”.


Facebook molesta y deprime

Estudio realizado por la Universidad de Michigan y dirigido por Ethan Kross publicado en agosto 2013 en PLoS One, el cual por primera vez profundiza en el estado de ánimo de los usuarios de la red social más popular del planeta, examinando la influencia de Facebook en la felicidad y la satisfacción.

A mayor uso de la red social, las personas experimentan mal humor y la disminución de bienestar. Mientras que cada vez más personas parecen estar conectados a las redes sociales, el nivel de bienestar se ha visto disminuido. Cuando muchos atribuyen este mal humor a las presiones de la vida moderna, un grupo de investigadores señalan a las redes como el origen de este malestar cada vez más generalizado.

En cuestión de minutos, los usuarios de Facebook actualizan su estado, suben sus fotografías más recientes y leen lo que sus contactos e incluso otros publican.

Sin embargo, repetirlo de manera compulsiva puede extender el tiempo de navegación de media hora a tres horas.


Sin embargo, esta necesidad de conexión social a la larga provoca malestar y depresión. “A priori, Facebook proporciona una incalculable fuente para completar la necesidad humana básica de conexión social”, dijo Kross. Sin embargo añadió que “en lugar de mejorar el bienestar, nuestra investigación encontró que tiene el resultado contrario.”

El estudio empleó un sistema de muestro de experiencia, en el que 82 usuarios activos de Facebook que poseían también smartphone debían responder a una encuesta en momentos aleatorios de su vida durante dos semanas.

Durante la investigación, las preguntas se centraron en la cantidad de tiempo de navegación en Facebook, así como la sensación que esto les producía y si estaban acompañados al momento de estar dentro de este sitio.

Cada mensaje de texto contenía un enlace a una encuesta cibernética con cinco preguntas: ¿cómo te sientes en este momento? ¿cuán preocupado estás? ¿cuán solitario te sientes en este momento? ¿cuánto has usado Facebook desde la última vez que te lo preguntamos? ¿cuánto has interactuado "directamente" con otras personas desde la última vez que te lo preguntamos?

Los resultados mostraron una relación directamente proporcional entre el tiempo que pasaban conectados y su sentimiento de desánimo. Por el contrario, cuando los periodos de conexión se alternaban con interacciones en persona, disminuía el impacto negativo sobre el bienestar.

Sobre esta asociación entre el uso de la red social y la insatisfacción, los científicos argumentan que las razones de esto probablemente se deban a la frustración que provoca en el usuario el exceso de información de las vidas de otros, así como verse sometidos a una rivalidad constante con sus amistades virtuales.

Por otra parte, los especialistas también atribuyen el malestar al sedentarismo que implica pasar tanto tiempo revisando y publicando contenido en las redes sociales. Hacer ejercicio genera endorfinas, lo que ayuda a la sensación de bienestar.

No obstante, el equipo de Kross fue muy específico al hablar sobre los resultados que su estudio obtuvo. “Nuestro análisis sólo indica que el uso de Facebook predice un descenso en dos componentes del bienestar subjetivo: cómo se siente la gente en cada momento y cómo de satisfecha está con su vida”, afirman.

Los autores también pidieron a los participantes que calificaran su nivel de satisfacción con la vida al comienzo y al final del estudio. Encontraron que cuanto más usaban Facebook los participantes a lo largo de un período de estudio de dos semanas, más disminuían sus niveles de satisfacción con la vida al paso del tiempo.

Algo importante a señalar es que los investigadores no hallaron pruebas de que la interacción directa con otras personas ya sea por teléfono o en encuentros cara a cara influyeran negativamente en el bienestar.

En cambio sí encontraron que las interacciones directas con otras personas hacían que los participantes se sintieran mejor con el paso del tiempo.


El abuso de las redes sociales favorece los síntomas depresivos

Un estudio realizado por investigadores dirigidos por Mai-Ly Steers de la Universidad de Houston, publicado en el Journal of Social and Clinical Psychology advierte sobre cómo el abuso, de Facebook está relacionado con los síntomas de depresión en cada vez más pacientes.

Mientras que los procesos de comparación social se han examinado durante mucho tiempo, aquellos que se adentran en las nuevas formas de relación mediante las redes sociales no han hecho más que empezar. El problema aumenta en los usuarios que pasan muchas horas en Facebook, ya que suelen llenar un vacío que puedan tener en sus vidas viendo lo que comparten otros sobre su día a día. Cuanto más tiempo pasan en Facebook, más posibilidades de compararse con otros usuarios y poder deprimirse por ello.


En realidad, nadie puede resistir el impulso a comparar su vida con la de los otros, es un sentimiento tan humano como cualquier otro, pero mientras en una interacción real se ve lo bueno y lo malo, en las redes sociales se tiende a mostrar una imagen sesgada del día a día en la que se exagera lo bueno y se tiende a ocultar lo malo.

Facebook sirve para dar a conocer ámbitos de la vida privada de personas con las que normalmente no tienen demasiado trato, lo que fomenta las comparaciones. La posibilidad de sentir envidia del otro se acentúa porque en redes sociales como Facebook se tiende a compartir aspectos positivos de la vida real. 

La gente con dificultades emocionales puede ser particularmente susceptible a desarrollar depresiones a partir de la comparación de los amigos que tienen sus contactos, las fotos que cuelgan o sus comentarios. La visión distorsionada de la vida de los demás les hace sentir aún más solos y desamparados. El acto de compararse con los demás está relacionado con emociones destructivas a largo plazo. Cualquier beneficio que se pueda obtener de una comparación social es temporal y estar enganchado a la conversación social de cualquier clase puede traducirse en una peor calidad de vida.

Un mal uso de las redes sociales, junto a una falta de confianza por parte de usuarios y menores, fomenta en cualquier caso episodios de depresión. Por su parte, Facebook puede ayudar a acentuarlo, pero no se puede considerar el único causante de esta enfermedad. Las redes sociales han supuesto un cambio sustancial en el día a día, por ello saber usarlas correctamente puede ayudar a complementar la manera de relacionarse.

La experta concluye que espera que los resultados de estos estudios ayuden a la gente a entender que los avances tecnológicos, en ocasiones, también conllevan consecuencias, intencionales o no, e indica, para aquellos que tengan tendencias depresivas a que reduzcan el uso de Facebook o similares al máximo.






Para aprovechar realmente las posibilidades de la red es importante cultivar el espíritu crítico, Lo que es fundamental e ineludible es ayudar a los adolescentes a desarrollar las competencias socio-emocionales necesarias para moverse por las redes con seguridad y, sobre todo, para poder ir más allá de lo aparente y leer entre líneas lo que en ellas se muestra o se expone, que a menudo no es el alma o la esencia verdadera de las personas, sino una imagen parcial o sesgada. La felicidad, la paz interior, la capacidad de ilusionarse o la calidad humana de una persona no son directamente proporcionales al número de amigos o agregados que tiene en Facebook. La sana y verdadera autoestima también tiene muy poco que ver con esto. Si no está basada en una afectividad saludable y en un sentimiento de la propia valía y dignidad, difícilmente se sostendrá, por más amigos que se tengan en Facebook.

Hay que volver a la realidad, a las relaciones cara a cara, salir y tomarse un café en lugar de estar chateando, disfrutar más del aire libre, y simplemente, dejar de vez en cuando el celular o la computadora en casa.


Las redes sociales son una herramienta excelente si se aprenden a utilizar, con prudencia y pensando siempre en que los contenidos que allí se publiquen no afecten la intimidad, el autoestima, y la seguridad de sí mismos y de los demás.





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