mayo 27, 2015

Hierro y Autismo



En el cerebro, el hierro es necesario para la síntesis tanto de los neurotransmisores como de la mielina


En seres humanos el hierro es un constituyente de la proteína denominada “heme” la cual se encuentra en los glóbulos rojos. Hemoproteínas o proteínas que contienen heme se utilizan en el transporte de oxígeno y para la eliminación del dióxido de carbono, el último un producto de desecho del metabolismo celular.

El hierro también cataliza la formación de las llamadas especies reactivas de oxígenoEstos intermediarios químicos reactivos generan una cascada de interacciones que en última instancia modifican o destruyen la función de macromoléculas biológicas, es decir, proteínas, carbohidratos, lípidos y ácidos nucleicos. Cada vez que hay un desequilibrio entre las especies reactivas de oxígeno y la capacidad del organismo para neutralizarlos, las células en el cuerpo experimentan un estrés oxidativo. Esta cascada de eventos puede conducir a la muerte celular prematura, incluyendo las que se encuentran en el cerebro.

En el cerebro, el hierro es necesario para la síntesis tanto de neurotransmisores como de la mielina  el material que aísla las proyecciones de las neuronas. El desarrollo normal del cerebro requiere de la disponibilidad de hierro a edades en particular y en regiones especificas del cerebro.

Bebés con una deficiencia de hierro manifiestan retrasos en el desarrollo conductual y cognitivo. A pesar de los suplementos de hierro, algunos bebés con deficiencia de hierro no recuperan las facultades perdidas. Aún más sorprendente, muchos de estos niños con una deficiencia de hierro congénita pueden empeorar a medida que envejecen. Estos déficits cognitivos parecen estar asociados directamente a la deficiencia de hierro y no a la anemia que se desarrolla concomitantemente a la deficiencia de hierro.

Los déficits en la biodisponibilidad del hierro a menudo resultan en alteraciones en la producción y la función de la dopamina y neurotransmisores opiáceos.

Algunos estudios afirman que la deficiencia de hierro y la anemia son comunes en niños con trastorno del espectro autista (TEA). Niveles bajos de hierro, cuando se combinan con la edad materna avanzada, se asocian con un aumento de riesgo para el autismo que es 5 veces mayor.


Deficiencia de hierro durante el embarazo aumenta el riesgo de autismo


Un nuevo estudio desarrollado por investigadores del Instituto MIND (Medical Investigation of Neurodevelopmental Disorder) perteneciente a la Universidad de California, publicado en American Journal of Epidemiology en setiembre 2014, ha demostrado que las madres de niños que son diagnosticados con autismo son definitivamente menos propensas a tomar suplementos de hierro, tanto antes como durante el embarazo, comparadas a aquellas mujeres que tienen niños sanos.

Un consumo deficiente de hierro se asocia a un aumento de 5 veces en el riesgo de desarrollar autismo durante la infancia, sobretodo en los casos en los que las madres tenían 35 o más años al momento del nacimiento o si padecían algún tipo de enfermedad como la obesidad, la diabetes o la hipertensión.

Se trata de la primera investigación destinada a analizar por completo la relación existente entre la ingesta de hierro de la madre y la posibilidad de que tengan niños con algún trastorno del espectro autista, siendo un peligro que se incrementa sobretodo teniendo en cuenta las características de la madre, el peso, la edad y su salud.

Para este estudio se contó con la participación de madres e hijos entre 2002 y 2009, siendo un grupo que incluía tanto a madres de niños con autismo como a madres de niños que se desarrollaron con normalidad.

La deficiencia de hierro es reconocida como la más frecuente, especialmente durante el embarazo, afectando a cerca del 50% de las embarazadas y sus bebés. Se trata de una sustancia sumamente importante ya que cumple un papel fundamental en el proceso del desarrollo temprano del cerebro del bebé, justo en lo que tiene que ver con la función inmune, la producción de neurotransmisores y la mielinización, por lo que la recomendación principal a todas las madres es que no descuiden este aspecto de su salud.
Espina bífida

En un estudio previo se llegó a la conclusión de que los hijos de madres que tomaban suplementos de ácido fólico desde las primeras semanas del embarazo tenían menos riesgo de padecer autismo. El ácido fólico es importante para un buen desarrollo del tubo neural y los cordones posteriores de la médula, para evitar en el niño enfermedades como la espina bífida o mielomeningocele (se produce cuando la parte del tubo neural no se cierra completamente para formar el cerebro y la médula espinal entre el 23 y 26 día de embarazo).

La deficiencia de ácido fólico o vitamina B se ha relacionado con un mayor riesgo de autismo. Tanto el ácido fólico y el hierro están involucrados en el desarrollo del cerebro del feto.



La falta de hierro en las primeras etapas del embarazo afecta al desarrollo cerebral del niño


Según un estudio publicado en el revista PLoS ONE en 2011, la deficiencia materna de hierro en estadios tempranos del embarazo puede tener un efecto profundo y duradero sobre el desarrollo cerebral del niño, incluso si la falta de hierro no es suficiente para causar una anemia grave.

Se estudió la relación entre la ingesta de hierro materno y los niveles de hierro fetales a través de la dieta, para poder precisar los períodos críticos de la gestación cuando el desarrollo del sistema nervioso central es más vulnerable. Los investigadores observaron que el período crítico se inicia en las semanas previas a la concepción hasta el primer trimestre e inicio del segundo trimestre. La deficiencia de hierro que se inicia en el tercer trimestre no parece dañar el cerebro en desarrollo, y parece que, el momento de la deficiencia de hierro es mucho más importante que el grado de deficiencia.

Se utilizó una prueba no invasiva llamada análisis de la respuesta auditiva del tronco cerebral, o ABR (auditory brainstem response analysis), para medir la función cerebral. Esta prueba permite detectar la velocidad con la que la información se desplaza desde el oído hasta el cerebro y, de este modo, conocer las deficiencias o los cambios que se producen en la mielina.


Prevalencia a nivel mundial


La ferropenia o deficiencia de hierro es la carencia nutricional más frecuente. La Organización Mundial de la Salud estima que afecta a la cuarta parte de la población mundial. Constituye un verdadero problema de salud pública. La carencia afecta a grupos vulnerables en etapas criticas del ciclo vital: lactantes, preescolares, adolescentes y mujeres.

Se estima que en países industrializados alrededor del 7% de los menores de 5 años sufre anemia ferropénica, mientras que en países en vías de desarrollo la prevalencia alcanza o excede el 50%.

En el Perú, según la OMS, la anemia es un problema severo de salud pública que afecta a más del 50% de los niños en edad preescolar, al 42% de madres gestantes y al 40% de las mujeres en edad fértil que no están gestando. Estos niveles de prevalencia en cada grupo poblacional hacen del Perú el país más afectado por la anemia de toda Sudamérica (solo igual que Guyana) y lo sitúan en una situación comparable a la de la mayoría de países del África.


Hierro durante el embarazo


En el embarazo, la mujer necesita una dosis de hierro más elevada de la que normalmente requiere. El hierro es necesario para la producción de la hemoglobina en las células rojas de la sangre materna y fetal, una proteína encargada de llevar el oxígeno de los pulmones al resto de las células del cuerpo.

Debido al aumento de volumen de sangre que se produce en la mujer durante el embarazo es fundamental que cuente con reservas de hierro en su organismo para garantizar el aporte de oxígeno necesario para el bebé. El bebé depende de la sangre de su madre y del hierro que ella consume para producir las células rojas de su sangre, y es a partir del segundo trimestre cuando requiere mayor cantidad.

Es habitual que la embarazada tenga una leve deficiencia de hierro en el organismo.

La dosis de hierro recomendada en el embarazo es de 30 mg diarios, es decir más del 30% de la dosis habitualmente indicada.

La anemia en el embarazo no tratada adecuadamente aumenta el riesgo de parto prematuro, de deficiencias fetales, de bajo peso al nacer e incluso de mortalidad materna postparto en los casos más acusados.


Alimentos ricos en hierro para el embarazo




Durante la gestación aumenta el volumen del plasma sanguíneo por lo que la mujer necesita aumentar el consumo de alimentos ricos en hierro para garantizar el aporte de oxígeno que requiere el bebé para crecer sano.

Las necesidades de hierro en el embarazo aumentan de 1-2,5 mg/día al principio hasta 6,5 mg al final del embarazo. Una dieta equilibrada es suficiente para compensar este requerimiento pues el organismo de la embarazada es tan sabio que también va aumentando la capacidad de absorción del hierro a medida que avanza la gestación.

Los alimentos con principales fuentes de hierro son :

* Pescados y mariscos : mejillones, almejas, berberechos, ostras, sardinas, boquerones, calamares, pulpo, rape, langostinos, gambas, vieiras, pescadilla, lubina.
* Legumbres y cereales : garbanzos, lentejas, frijoles, habas, judías, guisantes, galletas, arroz integral, pan integral y soja. Los cereales en el desayuno son una excelente opción, hay algunos que contienen hierro añadido.
* Verduras, hortalizas y frutas : espinacas, acelgas, escarola, ajo, brocoli, perejil, coles, alcachofas, remolacha, rábanos, puerros y fresas.
* Carnes : res, caballo, cerdo, cordero, conejo, pato, pollo, pavo, ternera e hígado, especialmente de ternera y de cordero.
* Lácteos : huevos, yogur, leche y queso.
* Frutos secos : almendras, pistachos, avellanas, nueces, piñones, frutas deshidratadas como ciruelas y dátiles.

Los alimentos ricos en vitamina C ayudan a que el hierro de los alimentos sea mejor absorbido, mientras que el té y el café son bebidas que bloquean la absorción de este mineral, por lo cual se recomienda evitarlas una hora antes y una hora después de las comidas.

Suplemento de hierro. Siempre que no produzca rechazo, lo ideal es tomarlo en ayunas acompañado de alguna bebida rica en vitamina C como un zumo de naranja, por ejemplo, para facilitar su absorción.
Las directrices actuales establecen que el nivel máximo de consumo tolerable es de 45 miligramos al día. El exceso de hierro obtenido a partir de suplementos puede ser tóxico.

mayo 16, 2015

Plomo – Metal Pesado Tóxico



Los niños son especialmente vulnerables porque el plomo puede afectar gravemente
 su sistema nervioso que está en pleno desarrollo


El plomo es un metal tóxico presente de forma natural en la corteza terrestre. Su uso generalizado ha dado lugar en muchas partes del mundo a una importante contaminación del medio ambiente, un nivel considerable de exposición humana y graves problemas de salud pública.

Un elemento muy común en la atmósfera de las grandes ciudades es el plomo, debido que es un metal muy utilizado por las industrias en los procesos productivos. Además, antes de que se implementara la gasolina verde, era un aditivo principal de este combustible.


Contaminación por plomo

El plomo es un metal pesado, de color gris azulado, que se encuentra ampliamente distribuido en la corteza terrestre tanto por motivos naturales (es una emisión de volcanes activos, por ejemplo) como a consecuencia de su empleo industrial o como resultado del uso de ciertos combustibles; está presente también, en pequeña escala, pero de manera muy directa, en el humo del cigarrillo.

Asimismo, es posible que vegetales y cosechas se contaminen con este metal por el excesivo uso de fertilizantes, porque los cultivos se encuentren cerca de sitios con desechos peligrosos y áreas con elevado tránsito vehicular, o porque son regados con aguas que han entrado en contacto con residuos industriales depositados de manera clandestina e ilegal en lugares cercanos a poblaciones humanas.

Parte del plomo que entra a nuestro organismo se absorbe y se distribuye a todos los órganos y tejidos del cuerpo; la otra parte es desechada, principalmente a través de orina y heces. El que logra quedarse en el cuerpo puede permanecer en los diversos órganos desde unos cuantos minutos hasta días completos, para luego seguir su camino hacia los huesos, donde se alojará definitivamente.

El plomo es un veneno muy potente y puede afectar a personas de todas las edades. Los niños, cuyos cuerpos se están desarrollando, son especialmente vulnerables porque el plomo puede afectar gravemente su sistema nervioso, que está en pleno desarrollo.

Se estima que en los niños la exposición al plomo causa cada año 600 000 nuevos casos de discapacidad intelectual.

La exposición al plomo se cobra cada año un total estimado de 143.000 vidas, registrándose las tasas más altas de mortalidad en las regiones en desarrollo. Alrededor de la mitad de la carga de morbilidad asociada a la intoxicación por plomo se concentra en Asia Sudoriental, Pacífico Occidental y Mediterráneo Oriental.


Principales fuentes de contaminación ambiental

Las fuentes más comunes del plomo son las pinturas de paredes a base de plomo, y el plomo que se encuentra en el agua y la tierra.

El plomo también se encuentra en otras áreas medioambientales, como las siguientes :

* La tierra contaminada, que se encuentra cerca de calles de mucho tráfico, en parte porque el plomo fue un ingrediente de la gasolina hasta finales de los años setenta. La tierra que hay alrededor de casas pintadas con pintura que contenía plomo también puede estar contaminada; esta tierra es motivo de preocupación porque se puede introducir polvo rico en plomo en el medio doméstico.

* El agua que fluye por tuberías y grifos de plomo viejos o con soldadura a base de este metal, si las tuberías se empiezan a deteriorar.

* Los alimentos que se guardan en recipientes vidriados de plomo, pintados con plomo o importados de países donde se utiliza el plomo para sellar productos enlatados.

* La explotación minera y la metalurgia,
* Material de soldadura
* Municiones
* Esmaltes cerámicos,
* Productos cosméticos
* Medicamentos tradicionales
*  Algunos juguetes, piezas de joyería y artículos deportivos que contienen vidrio o cristal de colores, tinta, pintura y/o yeso.



En algunos países se mantiene el uso persistente de pinturas y gasolinas con plomo. Más de tres cuartas partes del consumo mundial de plomo corresponden a la fabricación de baterías de plomo-ácido para vehículos de motor. En la actualidad, buena parte del plomo comercializado en los mercados mundiales se obtiene por medio del reciclaje.


Efectos en la salud

La exposición al plomo origina un cuadro clínico muy parecido al del mercurio incluyendo agresividad, esquizofrenia y tendencia suicida.

El plomo causa mucho daño al cuerpo humano, inhibiendo el transporte de oxigeno y calcio, y alterando la transmisión nerviosa en el cerebro. La mayoría del envenenamiento por plomo ocurre cuando un individuo ingiere pedazos de pintura con base de plomo o respira su polvo.

Influye en la inteligencia y en la habilidad mental de las personas.

Los adultos llegan a sufrir aumento en presión sanguínea, parálisis en muñecas y tobillos, mal funcionamiento renal, mayor riesgo de accidentes cerebro-vasculares (embolia, derrames cerebrales) y particularmente en hombres se puede presentar disminución y alteraciones en los espermatozoides.

La exposición del padre al plomo antes de la concepción genera anomalías cromosómicas, lo que ocasiona la muerte de los recién nacidos o defectos como retardo mental y desórdenes de comportamiento.

En las embarazadas, la exposición a concentraciones elevadas de plomo puede ser causa de aborto natural, muerte fetal, parto prematuro y bajo peso al nacer, y provocar malformaciones leves en el feto.

El plomo se absorbe diferentemente. El sistema digestivo de un adulto típicamente absorbe entre 10-15 por ciento del plomo ingerido, mientras que el sistema de las mujeres embarazadas y los niños puede absorber hasta el 50%.

Intoxicación en niños
de Senegal y Nigeria
El plomo es particularmente peligroso porque, en cuanto entra en el organismo de una persona, se distribuye por todo el cuerpo del mismo modo que los minerales favorables para el organismo, como el hierro, el calcio y el zinc. Y el plomo puede ocasionar daños en todas las partes del cuerpo donde se deposita.

Por ejemplo, en el torrente sanguíneo, puede alterar los glóbulos rojos y limitar su capacidad para transportar oxígeno a los órganos y tejidos que lo necesitan, provocando, por lo tanto, una anemia. El plomo se concentra en los tejidos, el riñón, la médula ósea, el hígado y el cerebro. También en los dientes y en los huesos.

La mayor parte del plomo acaba en los huesos, donde provoca incluso más problemas. El plomo puede interferir en la producción de células sanguíneas y en la absorción del calcio que los huesos necesitan para crecer y desarrollarse sanos y fuertes. El calcio es fundamental para tener huesos y dientes fuertes, para la contracción muscular y para que los nervios y los vasos sanguíneos funcionen con normalidad.

Vulnerabilidad especial de los niños

La exposición prolongada al plomo puede provocar graves problemas de salud, sobre todo en los niños pequeños. El plomo es tóxico para cualquiera pero los bebés que todavía no han nacido y los niños pequeños son los que más se exponen a padecer problemas de salud provocados por una intoxicación por plomo. Sus cuerpos, de menor tamaño y todavía en proceso de crecimiento, los hacen más vulnerables a la absorción y a la retención de plomo.

La exposición al plomo puede tener una gran variedad de efectos en el desarrollo y comportamiento infantil. Aun cuando estén expuestos a pequeñas cantidades, los niños pueden parecer distraídos, hiperactivos e irritables.

Los niños con mayores niveles de plomo pueden también tener problemas de aprendizaje y en la lectura, atraso en el crecimiento y sordera.

En mayores concentraciones, el plomo puede causar daño permanente al cerebro y hasta puede causar la muerte.

Los niños de corta edad son particularmente vulnerables porque, según la fuente de contaminación de que se trate, llegan a absorber una cantidad de plomo entre 4 y 5 veces mayor que los adultos. Su curiosidad innata y la costumbre, propia de su edad, de llevarse cosas a la boca, los hace más propensos a chupar y tragar objetos que contienen plomo o que están recubiertos de este metal (por ejemplo, tierra o polvo contaminados o escamas de pintura con plomo). Esta vía de exposición es aún mayor en los niños con pica (ansia persistente y compulsiva de ingerir sustancias no comestibles), que pueden arrancar, y luego tragar, por ejemplo, escamas de pintura de las paredes, los marcos de las puertas o los muebles.

Esta alta exposición ocurre cuando sus cuerpos están creciendo y desarrollando los órganos vitales y su estructura ósea y nerviosa. Es durante esta etapa de desarrollo del sistema nervioso en los niños que el plomo es particularmente tóxico.

Desafortunadamente, la mayoría de los niños no presentan síntomas ostensibles de envenenamiento. Porque esos síntomas (desde irritabilidad hasta malestar del estómago) no pueden ser reconocidos inmediatamente como originados por el plomo, la mayoría de los casos pasan desapercibidos.

Aún los niños que parecen estar saludables pueden tener niveles peligrosos de plomo en sus cuerpos. Por dicha razón se recomienda que los niños sean sometidos a la prueba del plomo en la sangre.

Los niños con desnutrición son más vulnerables al plomo porque sus organismos tienden a absorber mayores cantidades de este metal en caso de carencia de otros nutrientes, como el calcio.

En mujeres en edad reproductiva y embarazadas, la exposición a altas concentraciones de plomo aumentan el riesgo de que durante gestación y lactancia transmitan el contaminante a su hijo, generando repercusiones nefastas: bajo peso, deficiencias en desarrollo neuronal, lento aprendizaje, carácter agresivo (proclive a la delincuencia, según estudios) y baja capacidad intelectual. El plomo de la sangre materna, proveniente de fuentes exógenas o endógenas, puede cruzar la placenta y poner al feto en riesgo.

A largo plazo, los pequeños con saturnismo pueden tener problemas neurológicos irreversibles, disminución de inteligencia, retraso en el desarrollo motor, deterioro de memoria y problemas de audición y equilibrio.

En raros casos, niños con altas concentraciones de sangre con plomo (150 micro-gramos por decilitro) pueden morir de encefalopatía o daños masivo del cerebro.

Efectos de la intoxicación por plomo en la salud de los niños

Si el grado de exposición es elevado, ataca al cerebro y al sistema nervioso central, pudiendo provocar coma, convulsiones e incluso la muerte.

Los niños que sobreviven a una intoxicación grave pueden padecer diversas secuelas, como retraso mental o trastornos del comportamiento. Se ha comprobado además que en niveles de exposición más débiles sin síntomas evidentes, antes considerados exentos de riesgo, el plomo puede provocar alteraciones muy diversas en varios sistemas del organismo humano.

Afecta, en particular, al desarrollo del cerebro, lo que a su vez entraña una reducción del cociente intelectual, cambios de comportamiento  por ejemplo, disminución de la capacidad de concentración y aumento de las conductas antisociales  y un menor rendimiento escolar. La exposición al plomo también puede causar anemia, hipertensión, disfunción renal, inmunotoxicidad y toxicidad reproductiva.

Pero la intoxicación crónica puede dar lugar a síntomas discretos y comunes : fatiga, anorexia, irritación, hiperactividad, inatención o impulsividad.

Se cree que los efectos neurológicos y conductuales asociados al plomo son irreversibles.


Signos de la intoxicación por plomo

Muchos niños con intoxicación por plomo no presentan ningún síntoma en absoluto; por eso es tan importante eliminar cualquier riesgo de intoxicación en casa y asegurarse de hacer pruebas a los niños pequeños para evaluar su concentración de plomo en sangre.

Cuando los niños desarrollan síntomas de intoxicación por plomo, suelen presentar algunos de los siguientes:

* irritabilidad o problemas de comportamiento
* problemas de concentración
* dolores de cabeza
* pérdida del apetito
* pérdida de peso
* pereza o fatiga
* dolor abdominal
* vómitos o nauseas
* estreñimiento
* palidez por anemia
* debilidad o dolor en músculos y articulaciones
* convulsiones


Tratamiento

La identificación y tratamiento a tiempo de la intoxicación por plomo reduce el riesgo de que se sufra daño permanente. El tratamiento se comienza removiendo al niño de las fuentes de plomo. Hay medicamentos que pueden eliminar el plomo del cuerpo.

El tratamiento de la intoxicación por plomo varía en función de la cantidad de plomo presente en sangre. Si un niño presenta una cantidad reducida de plomo en la sangre, su tratamiento será sencillo y la parte más importante consistirá en reducir la exposición al plomo. Progresivamente, conforme el organismo vaya eliminando el plomo, la concentración de este mineral en la sangre irá disminuyendo.


Los casos graves asociados a una concentración muy elevada de plomo en la sangre deberán ingresar en un hospital. Allí se tratarán con un medicamento denominado agente quelante, que se adhiere químicamente al plomo, debilitándolo para que el cuerpo lo pueda eliminar de forma natural.

El calcio, el hierro y la vitamina C son partes importantes de una dieta saludable y también ayudan a reducir la absorción de plomo por parte del organismo.

A todos los hermanos de un niño que padece intoxicación por plomo se les debe realizar la prueba para evaluar la concentración de plomo en la sangre.

El tratamiento del saturnismo consiste en el suministro, durante cinco días, de sales con calcio, las cuales tienen la capacidad de neutralizar al plomo, acción que debe repetirse 3 ó 4 veces, descansando dos días entre una y otra. Además, según el criterio médico, se pueden administrar anti-espasmódicos, sedantes y glucosa para aminorar los síntomas.


Detección del plomo y prevención

La exposición al plomo es uno de los envenenamientos comunes más fáciles de prevenir en los niños.

Es importante que a los niños que corren el riesgo de exponerse al plomo se les realice una prueba para detectar su concentración de plomo en la sangre, pues muchos niños que padecen este tipo de intoxicación solo presentan síntomas leves o ningún síntoma en absoluto.

Existe una prueba de laboratorio, llamada examen de concentración de plomo en la sangre, que sirve para medir la cantidad de este metal alojada en el organismo; lo deseable es que los niveles sean bajos, siendo el límite 10 micro-gramos por decilitro (mcg/dl). Es una prueba de sangre muy sencilla y barata que puede determinar si el niño tiene un nivel de plomo peligroso en el cuerpo. Esta prueba puede ser administrada por un médico o por un organismo de salud pública.

No existe un nivel de concentración de plomo en sangre que pueda considerase exento de riesgo. Sí se ha confirmado, en cambio, que cuanto mayor es el nivel de exposición a este metal, más aumentan la diversidad y la gravedad de los síntomas y efectos a él asociados. Incluso las concentraciones en sangre que no superan los 5 µg/dl  nivel hasta hace poco considerado seguro  pueden entrañar una disminución de la inteligencia del niño, así como problemas de comportamiento y dificultades de aprendizaje.



Para evitar al máximo los efectos dañinos de este contaminante se debe seguir dieta regular, bien balanceada, que incluya alimentos con alto contenido de hierro, como frijoles y verduras, además de quesos y cereales, que proporcionan calcio. Estos dos minerales neutralizan al plomo y ayudan a eliminarlo a través de la orina.



Otras medidas oportunas para evitar el saturnismo son :

* Lavar con frecuencia cara y manos de los niños, además de hacerlo antes de comer, beber o dormir, y después de jugar con tierra.

* Evitar el consumo de alimentos al aire libre y educar a los pequeños para que coman sólo en casa.

* Impedir que los niños mastiquen superficies pintadas o se lleven pedacitos de pintura a la boca. Lavar chupones y juguetes por lo menos una vez al día.

* Las personas que trabajan con plomo también deben lavarse manos y cara antes de comer, beber y fumar.

* Evitar períodos de ayuno prolongado, pues cuando hay deficiencia de hierro, proteínas, calcio o zinc, el metal tóxico se absorbe con facilidad.

* No almacenar o servir alimentos en platos y tazas de cerámica o barro vidriados.

* No fumar en sitios cerrados.



Protección de la familia

Se puede proteger a los hijos de la intoxicación por plomo asegurándose de que la casa no esté contaminada por este material. Pedir al departamento de salud de la localidad que evalúe la cantidad de plomo presente en el domicilio. Asimismo, pedir que evalúen la concentración de plomo en sangre de los niños, sobre todo si tienen entre 6 meses y 3 años de edad.

Los siguientes consejos pueden ayudar a reducir el riesgo de exposición al plomo :

* Estar pendiente del estado de las tuberías antiguas. Las tuberías antiguas pueden estar revestidas de plomo. Si las casas fueron construidas antes de 1970, donde se utilizaban tuberías de cobre y soldaduras de plomo, lo más deseable es evaluar la concentración de plomo del agua corriente por un laboratorio especializado. Si se lleva varias horas sin utilizar grifo del agua fría, dejar correr el agua durante unos 30 segundos antes de beberla. Y, puesto que el agua caliente absorbe más plomo que la fría, no utilizar agua caliente del grifo para cocinar.

* Mantener la casa y la familia bien limpias. Lavar las manos y los juguetes de los hijos con frecuencia y mantener limpias las superficies donde suele depositarse el polvo pasando un paño húmedo.

* Asegurarse de que el calcio y el hierro forman parte de la dieta familiar. Si un niño se expone al plomo, una buena alimentación puede reducir la cantidad de plomo que absorba su organismo. Comer con regularidad ayuda mucho porque el organismo absorbe más el plomo cuando está en ayunas.

* Saber dónde juegan los niños. Mantenerlos alejados de las calles con tráfico y de debajo de los puentes.

Si sospecha que las paredes de la casa pueden contener pintura con plomo, utilizar un paño húmedo para limpiar las repisas de las ventanas y las paredes. Estar pendiente de los escapes o fugas de agua que pueden hacer que la pintura se desprenda. No lijar, pulir ni calentar la pintura de las paredes que contengan plomo porque estas conductas incrementan el riesgo de inhalación. Si la pintura no se ha desprendido ni ha producido muchas astillas de pintura, probablemente se podrá reducir el riesgo de exposición al plomo volviendo a pintar las paredes con una nueva capa de pintura, revistiéndolas o aplicándoles paneles de yeso. Lo mejor es consultar a un profesional al respecto, sobre todo porque puede ser necesario adoptar precauciones adicionales para eliminar el plomo que contiene la pintura.


Acción de la Organización Mundial de la Salud

La OMS ha incluido el plomo dentro de una lista de diez productos químicos causantes de graves problemas de salud pública que exigen la intervención de los Estados Miembros para proteger la salud de los trabajadores, los niños y las mujeres en edad fecunda.

En vista de que la pintura con plomo sigue constituyendo una importante fuente de exposición en numerosos países, la OMS ha unido fuerzas con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente con el fin de crear la Alianza Mundial para Eliminar el Uso del Plomo en la Pintura. Esta iniciativa de colaboración tiene por finalidad concentrar y catalizar los esfuerzos desplegados para alcanzar los objetivos internacionales de prevenir la exposición de los niños al plomo a través de pinturas que contienen ese metal y minimizar el riesgo de exposición ocupacional a las mismas. El objetivo general es promover la eliminación gradual de la fabricación y venta de pinturas que contienen plomo y, con el tiempo, eliminar los riesgos a ellas asociados.

Ver :