febrero 26, 2018

El Cerebro y la Escritura Cursiva



La escritura en letra cursiva ayuda a entrenar el cerebro con el fin de integrar 
la información visual y táctica así como también la habilidad motora fina.

Actualmente los nuevos avances tecnológicos, hacen que la escritura manual poco a poco quede desterrada a un segundo plano. La escritura manual es un ejercicio cognitivo excelente que contribuye a impulsar la inteligencia y las funciones cognitivas de las personas.

Para poder comprender que la escritura tiene una explicación de origen científico, se puede decir que se escribe con el cerebro no con la mano, ya que para entender la acción de la escritura, se debe reconocer que todo movimiento tiene un origen de una instrucción consciente o inconsciente  incluso el lenguaje no verbal  proveniente del cerebro. Estos movimientos lejos de ser aprendidos al momento de aprender a escribir, resultan ser conforme vamos creciendo, movimientos inconscientes que tiene un sello personal. Para comprender esto, si pusiéramos a todos a dibujar o escribir una lista de palabras, cada uno dibujaría o escribiría la misma instrucción pero de diferente forma, sin contar el estilo de cada uno.

Desde el punto de vista neurológico, la escritura es una manifestación del funcionamiento del cerebro, y cabe resaltar que la mano 'la extremidad prensil normalmente empleada para escribir' cuenta con una proporción mayor de representación cortical en el cerebro que cualquier otra parte o sistema del cuerpo.

La acción de escribir en sus diferentes modalidades, implica adicionalmente, la utilización de una serie de atributos cognitivos que cambian dependiendo de la forma o figura desarrollada. Estas habilidades tienen su génesis a nivel neurológico, existiendo una red neuronal por cada habilidad cognitiva que permita la ejecución específica del signo; razón por la cual, es posible decir que la acción psicomotriz de la escritura es neuroescritural, rescatando el hecho de que la acción escrituraria, es la materialización de un trabajo neuronal implícito.

Los científicos están descubriendo que el aprendizaje de la letra cursiva es una herramienta crucial para el desarrollo cognitivo, particularmente para entrenar el cerebro desde el punto de vista de la especialización por áreas del cerebro, es decir, del rendimiento óptimo. Mediante el aprendizaje de la escritura en cursiva, el cerebro desarrolla una especialización por áreas que integra la sensación, el control del movimiento y el razonamiento. A diferencia de la escritura en el teclado y la práctica visual, según estudios de tomografías del cerebro, diversas áreas del cerebro se co-activan durante el aprendizaje de la escritura en cursiva.

Escribir a mano para ejercitar el cerebro

En la última década, la investigación con imágenes cerebrales ha ayudado a los neurocientíficos a entender que aprender habilidades tales como la escritura a mano y tocar un instrumento musical puede cambiar realmente la estructura del cerebro.

La escritura requiere la utilización de todas las estructuras cerebrales funcionando de manera conjunta y coordinada, estructuras asociadas al pensamiento, al lenguaje y a la memoria. El acto de escribir requiere un alto nivel de especialización y coordinación hemisférica, ya que implica la integración de movimiento, tacto, e ideas, necesario para plasmar nuestras ideas en un soporte físico. Y por lo tanto la escritura impulsa la inteligencia.

La escritura para impulsar la inteligencia

La escritura manual constituye un ejercicio mental, que estimula constantemente el desarrollo de conexiones neuronales y contribuye a la autorregulación, la autodisciplina, la voluntad y la perseverancia. La neurociencia ha demostrado que escribir a mano contribuye a la expansión cerebral y a impulsar la inteligencia.

La escritura es un reflejo de la actividad cognitiva de cada persona, la escritura manual nos da información personal de cada uno. Ya que escribir implica poner en marcha tres procesos:

* Percepción: proceso a través del cual se capta los estímulos necesarios, como el tipo de soporte sobre el que escribir, las herramientas para escribir y la orden sobre lo que hay que escribir.
* Decisión: proceso mediante el cual se decide y planifica lo que se va a escribir.
* Ejecución: proceso que implica la coordinación para dar salida al texto escrito.


Funciones de los diferentes lóbulos cerebrales implicados en la acción de escribir


1- Lóbulos frontales. Situados detrás de la frente, participan en funciones mentales superiores, como el reconocimiento de las consecuencias de las acciones y la memoria. Están vinculados a la escritura, el habla, movimiento, razonamiento, juicio, planeación y resolución de problemas.

2- Lóbulos parietales. Son importantes para escribir y leer, pues interpretan las palabras y el lenguaje. Combinan además información sensorial como orientación espacial y navegación, y son el área principal de recepción sensorial para el sentido del tacto.

3- Lóbulos temporales. Situados a los lados del cerebro, detrás de la sien, ayudan a procesar la información auditiva de los oídos. El proceso de escribir algo con lápiz y papel ayuda a activar una colección de células en estos lóbulos conocidas como sistema de activación reticular. Las estructuras de estos lóbulos son vitales en la consolidación de información de corto plazo a largo plazo.

4- Lóbulos occipitales. Ubicados en la parte baja del cerebro, reciben y procesan la información visual de los ojos, que luego es enviada a otras partes del cerebro. Eso nos ayuda a leer y escribir al reconocer palabras, formas y colores.


La importancia de la escritura en la educación de los niños

Los avances en neurociencia dejan claro que escribir es un excelente ejercicio para todos. En el caso de los niños, la escritura supone un recurso irremplazable, de incalculable valor pedagógico. Escribir les ayuda a impulsar su inteligencia.

El aprendizaje de escribir con una pluma es más beneficioso para los niños que las habilidades de teclado. Aprender a escribir con la mano, al mismo tiempo que aprender a leer facilita la lectura mediante el desarrollo de la motricidad fina.

La escritura es una tarea compleja para el cerebro que requiere diversas habilidades, entre ellos mover el instrumento de escritura, en la dirección ordenada por el pensamiento. Los niños toman varios años para dominar este ejercicio motor porque es necesario dominar unas secuencias de comandos internos mientras la mano se mueve. La escritura es el resultado de un movimiento singular del cuerpo, la mecanografía no lo es.

Importancia de la escritura tradicional. Al hacer trazos secuenciales con la mano para formar letras, se activan regiones del cerebro asociadas al pensamiento, al lenguaje y a la memoria.

Experiencias desarrolladas con preescolares, demuestran que mientras éstos observaron imágenes de letras hechas o dibujadas por sí mismos frente a otras que eran impresas, se activaron zonas asociadas a la lectura y a la escritura sólo al mirar las primeras.

Al aprender la escritura manuscrita, incluso si se trata de la escritura en mayúsculas, el cerebro de un niño deberá:

* Distinguir cada trazo respecto a otros.
* Aprender y memorizar el tamaño adecuado, oblicuidad de la forma global y la característica detallada de los rasgos de cada letra.
* Desarrollar habilidades de categorización.

Es fundamental dotar a los niños de experiencias para escribir, donde puedan desarrollar y perfeccionar esta habilidad. Escribir impulsa su inteligencia y es una acción completa que requiere un funcionamiento cognitivo completo que va a contribuir a impulsar su lenguaje, pensamiento, memoria, emociones, etc.


Activar el cerebro a través de la escritura

Las nuevas generaciones podrían estar bajo alerta, debido a que la era digital atrae fuertemente a bebés y niños en etapa de desarrollo. Videos en internet muestran infantes de escasos 3 años, que ya saben escribir en WhatsApp o llamar a papá a su celular.

Además del entretenimiento, los Smartphone y tabletas electrónicas hacen parte del mobiliario de las escuelas que usan la tecnología para estar en vanguardia con estas tendencias de lo virtual, con pantallas coloridas y calidad de sonido. Aquí es donde aparece la competencia del cuaderno: una pantalla digital o un teclado de computadora.


El planteamiento lo hacen neurocientíficos y psicopedagogos, que comparan lo que es hacer una plana de cierto número de letras y palabras a mano, y escribir tecleando caracteres. Los expertos cuestionan que, si se tratara de facilidad y rapidez, los aparatos electrónicos son los indicados. ¿Y el cerebro?

Dar forma a los pensamientos sobre una hoja, estimula importantes capacidades neuronales, incluso, las más complejas. Tal cual es la naturaleza de este órgano, el cerebro procesa desde los sentidos. Cuando se escribe a mano, se abre la memoria hacia una mejor ortografía, se conectan las ideas con rapidez; y también se agiliza la lectura. Es un grupo de beneficios que se obtienen por medio de las manos en contacto con el lápiz y el papel.

De esta manera, se confirma la evidencia de activación del cerebro cuando es puesto a prueba en la escritura, y no al hacer uso de pantallas táctiles o teclados físicos, porque por medio de la acción de escribir, se involucra las áreas visuales y motoras de las conexiones neuronales y los niños crecerán con un cerebro más activo que logrará un impresionante esfuerzo mental para el resto de su vida.


Renunciar al teclado beneficia la cognición

Los teclados y pantallas táctiles nos han conquistado. En la universidad, cuando el profesor habla, se escuchan cientos de dedos teclear en sus portátiles. El sonido del teclado parece que se ha convertido en la banda sonora de nuestras vidas. Tecleamos en el trabajo, en nuestros dispositivos móviles. Hemos dejado de escribir cartas y diarios. Muchos de nosotros hacemos uso de este recurso tan útil que es la escritura informatizada. Nos permite ser más veloces y facilita el trabajo. Pero parece que no somos conscientes de los beneficios de la escritura manual.

Tomar notas a mano nos permite interpretar la información, entenderla y reformularla con nuestras propias palabras, lo que refuerza enormemente el aprendizaje.

Las tecnologías nos ayudan a ser más eficientes en la mayoría de los casos. Sin embargo, aunque escribamos más rápido tecleando en nuestro ordenador, cognitivamente no nos beneficia.

La investigación en neurociencia indica que escribir utilizando sólo una pantalla táctil o el teclado puede afectar el desarrollo del cerebro, sobre todo el de los niños que están aprendiendo a leer.


Beneficios de escribir a mano

Existe un beneficio externo para la habilidad de razonamiento que se emplea en la lectura y escritura. Para escribir con una letra cursiva legible se necesita un cierto nivel de control de motricidad fina sobre los dedos. Los alumnos deben prestar atención y pensar qué están haciendo y cómo lo están haciendo. Tienen que practicar. Estudios con tomografías cerebrales revelan que la cursiva activa áreas del cerebro que no están involucradas cuando se escribe en el teclado.

La escritura en letra cursiva trae consigo aún más beneficios que la escritura en mayúsculas, ya que los movimientos son más difíciles, las letras menos estereotipadas y la necesidad del reconocimiento visual crea una mayor variedad de formas de representar las letras. Además, la letra cursiva es más rápida y más atractiva para los estudiantes ya que les da un mayor sentido de estilo personal y pertenencia.

Potencia nuestro pensamiento crítico y nuestro desarrollo conceptual. Al “obligarnos” a resumir y reinterpretar la información, tomar notas a mano nos permite establecer conexiones entre diversos conceptos del material escrito, impulsando nuestro pensamiento crítico.

* La escritura manual estimula el cerebro. Se activan muchas más áreas cerebrales cuando escribimos a mano que cuando tecleamos.

* Expresamos más ideas cuando escribimos a mano, por ejemplo, en un ensayo o redacción.

* Nos ayuda a retener más información.

* Mejora nuestra compresión del material escrito.

* La escritura manual mejora el reconocimiento de las letras en niños.

* Estimula las habilidades motoras finas. Es decir, mejora nuestra capacidad de precisión manual.

Cuando escribimos a mano, nuestro cerebro recibe feedback o retroalimentación de nuestras acciones motoras, junto con las sensaciones del tacto del lápiz y el papel. Este feedback es significativamente diferente al que recibimos cuando tecleamos. Cuando pulsamos las teclas no obtenemos ninguna representación mental del trazo de la letra. Se desconecta la información que recibimos del proceso de escritura, ya que cuando tecleamos, pocas veces miramos lo que estamos escribiendo.

Los movimientos que realizamos cuando escribimos a mano dejan un recuerdo del movimiento en la parte encargada de procesar la información sensorio-motora. Creamos una huella de recuerdo motor en el cerebro, que mejora nuestra memoria, ayudándonos a recordar mejor esa información.

Por tanto, aunque a primera vista parezca menos eficiente tomar apuntes a mano, realmente estamos escribiendo la información más significativa y relevante, además de ayudarnos a aprender y retener el material. Escribir en la computadora, aunque es cierto que nos ayuda a apuntar más información, suele haber más datos irrelevantes, y casi siempre, la olvidamos más rápidamente.

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En las últimas dos décadas son variadas las investigaciones que, a través de imágenes cerebrales, demuestran que la ejecución de la escritura promueve la activación de mayores zonas cerebrales en trabajo simultáneo, que el sólo hecho de mirar imágenes, tocarlas o imaginarlas.

Hay un volumen cada vez mayor de estudios sobre lo que un cerebro que se está desarrollando con normalidad aprende mientras forma letras en la página, tanto en letra de molde o manuscrita como en cursiva.


La escritura en cursiva hace a los niños más inteligentes

Durante un estudio realizado en la Universidad de Indiana, publicado en Trends in Neuroscience and Education en octubre 2012, investigadores analizaron, mediante imágenes de resonancia magnética, a niños pre-alfabetizados de 5 años de edad antes y después de que fueran instruidos en el aprendizaje de la cursiva.

En aquellos niños que habían practicado a mano la escritura, la actividad neuronal fue mucho más destacada y similar a la de los adultos que en aquellos niños que simplemente observaron las letras. El circuito de lectura en el cerebro  circuito de áreas asociadas que se activan durante la lectura  se activó al trazar la escritura manuscrita, no así al escribir sobre el teclado.

De la misma manera, esta investigación demostró que escribir letras en un contexto significativo, contrapuesto al de sólo dibujarlas, activa de forma más sólida diversas áreas en los dos hemisferios.


El cerebro separa el habla de la escritura

Investigadores de la Universidad Johns Hopkins de EEUU, en un estudio publicado en la revista Psychological Science de mayo 2015, señalan que aunque la capacidad humana de escribir evolucionó a partir de nuestra capacidad de hablar, ambas acciones se relacionan hoy día con sistemas independientes del cerebro. Por eso, alguien incapaz de escribir una frase de manera gramaticalmente correcta, puede que sea capaz de decirla bien en voz alta, y viceversa.

Los científicos han descubierto que es posible presentar daños en la parte del cerebro relacionada con el habla sin afectar la parte vinculada a la escritura, y viceversa; incluso en los morfemas, que son los componentes más pequeños de la lengua con significación. Por ejemplo, en la palabra “niñas”, niñ sería el lexema o raíz; la vocal a un morfema que indica género femenino y la letra s, un morfema que indica plural.

El presente estudio partió del interés por comprender cómo organiza el cerebro el conocimiento de la lengua escrita  lectura y ortografía . Más específicamente, los científicos querían saber si el lenguaje escrito depende de la lengua oral en adultos alfabetizados.

De ser así, cabría esperar encontrar errores similares en el habla y en la escritura. De lo contrario, la gente no necesariamente escribiría como habla.

Para tratar de desvelar esta cuestión, el equipo estudió a cinco personas que habían sufrido un accidente cerebrovascular y padecían afasia, un trastorno que conlleva la pérdida de capacidad de producir o comprender el lenguaje.

En concreto, cuatro de los pacientes tenían dificultades para usar los morfemas adecuados al escribir frases pero, cuando hablaban, no tenían tantas dificultades en este aspecto. El último individuo tenía el problema opuesto: presentaba problemas al hablar, que no afectaban a su escritura.

Estos resultados revelan que la escritura y expresión oral son impulsadas por diferentes partes del cerebro, y no sólo en términos de control motor de mano y boca, sino también en los aspectos de construcción de las palabras.

Los autores del estudio explican que el cerebro conoce las partes de las palabras y cómo estas encajan entre sí y que, cuando hay daños en el cerebro, estos pueden afectar al uso de ciertos morfemas en la escritura y no en el habla; y viceversa.

La comprensión de cómo el cerebro distingue partes de las palabras podría ayudar a los educadores que enseñan a niños a leer y escribir; e impulsar el desarrollo de mejores tratamientos para las personas que sufren afasia.


Los efectos de escribir en cursiva sobre el cerebro

Un equipo de científicos de Psicología Educativa de la Universidad de Washington, en un estudio publicado en el Journal of Learning Disabilities en junio 2016, encontró que el ejercicio de escribir con puño y letra ayuda a los niños a desarrollar más su función cerebral, lo que se ve reflejado en un mejor desempeño escolar.

Virginia Berninger, autora principal del estudio, explica que las pruebas indican que la escritura manual  formar letras  hace que la mente intervenga y puede ayudar a los niños a prestar atención al lenguaje escrito.

Los investigadores reclutaron a más de 200 niños en primer, segundo, cuarto y sexto grado, de desarrollo normal. Analizaron la manera en que el lenguaje oral y el escrito se relacionan con la atención y con las denominadas aptitudes de la función ejecutiva (como la planificación). Para los investigadores escribir a mano es una tarea compleja que requiere coordinar capacidades cognitivas, motoras y procesos neuromusculares, lo que activa áreas específicas del cerebro. Los niños escribían más palabras, más rápidamente y expresaban mejor las ideas cuando escribían ensayos a mano que cuando lo hacían sobre un teclado.

En la escritura manual se utilizan partes motrices de nuestro cerebro, y también planificación y control motrices, pero hay una región cerebral crucial en la que coinciden la visión y el lenguaje. Es el giro fusiforme. En él, los estímulos visuales se convierten efectivamente en letras y palabras escritas.

La investigadora asegura que hay que ver las letras con el “ojo de la mente” para trazarlas en la página. Las imágenes cerebrales muestran que la activación de esta región es diferente en niños con dificultades para escribir a mano.

Los escáneres funcionales de cerebros de adultos han revelado una red cerebral característica que se activa cuando leen y que incluye áreas relacionadas con los procesos motrices. Eso ha hecho pensar a los científicos que el proceso cognitivo de la lectura puede estar conectado con el proceso motor de formación de las letras.

La investigación indica que los niños necesitan una formación introductoria en letra de molde, a continuación dos años de aprendizaje y práctica con la letra cursiva que empezarían en tercero de primaria, y luego algo de atención sistemática a la mecanografía a ciegas.

Es muy probable que utilizar un teclado, y especialmente aprenderse las posiciones de las letras sin mirar las teclas, se beneficie de las fibras que se inter comunican en el cerebro, ya que, a diferencia de lo que ocurre con la escritura manual, los niños utilizan las dos manos para teclear.

Lo que defienden es que se enseñe a los niños a ser escritores híbridos. Primero a escribir a mano, por la lectura, ya que la escritura manual facilita un mejor reconocimiento de las letras; luego, la letra cursiva para el deletreo y la redacción; a continuación, empezando en los últimos cursos de primaria, la mecanografía a ciegas.

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Los beneficios para el desarrollo cerebral son similares a lo que se obtiene cuando se 
aprende a tocar un instrumento musical. No todos pueden pagar clases de música pero 
todos tienen acceso al lápiz y al papel. No todos pueden comprar una computadora a sus hijos.

febrero 12, 2018

El Lenguaje – Función Cognitiva





Las funciones cognitivas son los procesos mentales que nos permiten llevar a cabo cualquier tarea. Hacen posible que el sujeto tenga un papel activo en los procesos de recepción, selección, transformación, almacenamiento, elaboración y recuperación de la información, lo que le permite desenvolverse en el mundo que le rodea.

El lenguaje es considerado una función cerebral superior y uno de los procesos cognitivos más importantes en la vida del ser humano, nos permite relacionarnos de manera eficiente con nuestro entorno y además llevar a cabo una serie de otros procesos que nos facilitan el ordenamiento de nuestros pensamientos, a través del almacenamiento, procesamiento y codificación de la información que recibimos de nuestro entorno, actuando como un mediador entre el conocimiento del ser humano y los estímulos que lo rodean.

La facultad del lenguaje abarca la comprensión y la enunciación. Para el lenguaje hablado, es necesario poder pasar del sonido al significado, y en segundo lugar, de las palabras pensadas a las palabras habladas, del pensamiento a la voz.

El lenguaje se ve afectado por múltiples factores, tales como orgánicos, psicológicos, sociales y afectivos. Entre estos debe existir una armonía y una normal cohesión para conseguir un adecuado desarrollo de él. Es un proceso de gran complejidad que requiere de la interacción de diferentes áreas corticales que gobiernan la producción y comprensión lingüística del sujeto e involucra tres grandes aspectos: la forma, el contenido y el uso.

La forma incluye los niveles fonológico (ejemplo: pronunciación de consonantes) y morfosintáctico (ejemplo: construcción de las oraciones) del lenguaje. El contenido se relaciona con los aspectos semánticos (ejemplo: vocabulario. En el uso del lenguaje se ven involucrados los aspectos pragmáticos (ejemplo: comunicación no verbal).


Funciones principales del lenguaje

Los procesos que intervienen son:

* Compresión oral. Capacidad de entender el significado de palabras e ideas.
* Expresión oral. Capacidad de formular ideas con sentido y de manera gramaticalmente correcta.
* Lectura. Capacidad para interpretar símbolos, caracteres e imágenes y transformarlos en habla.
* Escritura. Capacidad para transformar ideas en símbolos, caracteres e imágenes.
* Vocabulario. Conocimiento del léxico.
* Denominación. Capacidad de nombrar objetos, personas o hechos.
* Fluidez. Capacidad para producir de manera rápida y eficaz contenidos lingüísticos.
* Discriminación. Capacidad de reconocer, diferenciar e interpretar contenidos relacionados con el lenguaje.
* Repetición. Capacidad para producir los mismos sonidos que se escuchan.

Es un instrumento del pensamiento, y nos llevará a tomar o no acción. Por este motivo ayuda en la regulación de la conducta dirigida.

Es un medio que sirve para acceder a la información y la cultura.

Sirve para transmitir pensamientos, ideas, emociones, proyectos...

Existe el lenguaje receptivo  habilidad para entender  y el lenguaje expresivo  habilidad para expresar  para poder tener una comunicación, y ambas áreas junto con sus componentes se deben evaluar.

Tres sistemas principales sustentan el funcionamiento del lenguaje

* Sistema operativo o instrumental. Comprende área de Broca y área de Wernicke.
* Sistema semántico. Abarca grandes extensiones corticales de ambos hemisferios.
* Sistema intermedio. Sirve de mediación entre los dos anteriores, y se ubica alrededor del sistema instrumental.

Alteraciones que pueden darse en el proceso comunicativo debidas a diferentes causas

Disfonía. Afectación de la voz
Disartria. Afectación del habla
Afasias. Afectación del lenguaje. Se produce como consecuencia de patología cerebral y cuando ya se había adquirido el lenguaje. Entre las sintomatologías que se presentan con más frecuencia en los cuadros afásicos son: mutismo, anomia, parafasias, etc.
Alexia. Dificultad o incapacidad adquirida para la lectura y/o compresión de la lectura
Agrafia. Incapacidad adquirida en la producción del lenguaje escrito.

Por otra parte, si lo que está afectado es la comprensión se trata de trastornos como la sordera verbal. Estos son sólo algunos ejemplos, pero hay una gran variedad de trastornos del lenguaje ya que es una función muy compleja.

Tradicionalmente, la descripción de las bases neuro-anatómicas del lenguaje ha estado ligada a la observación del efecto de diversas lesiones cerebrales sobre la conducta verbal de las personas. Este tipo de estudios permitió identificar algunas de las estructuras más importantes para la producción y comprensión del lenguaje. Entre ellas se destaca el área de Broca, en la tercera circunvolución frontal del hemisferio izquierdo, implicada en el procesamiento sintáctico y la ejecución motora del habla; o el área de Wernicke, en la mitad posterior de la circunvolución temporal superior y en la parte adyacente de la circunvolución temporal media, responsable del procesamiento semántico. Una tercera área relevante, responsable de la conexión entre las dos áreas anteriores, es el fascículo arqueado.


Adquisición del lenguaje

El proceso de desarrollo del lenguaje en los niños sobrepasa la idea de una adquisición meramente natural, involucra un trabajo cognitivo complejo en el que se utilizan diversas herramientas para su construcción, así el niño, desde sus primeros meses de vida, desarrolla funciones cognitivas para poder apropiarse de la lengua y, cuando éste recibe la información que proviene de su entorno, hace uso de las mismas para poder entenderla y procesarla.

Identificación de atributos. El niño a través de la mirada desarrolla esta función cuando comienza a definir y distinguir a las personas, los objetos o los eventos que se encuentran en su medio.

Percepción. El niño construye la habilidad para captar o percibir información a través de los sentidos (observar, escuchar, tocar).

Uso de símbolos como pistas. El niño desarrolla la habilidad de reconocer lo que representa una acción y le da un símbolo o significado para representar algo.

Imágenes mentales. A medida que el niño se desarrolla,  construye imágenes para representar mentalmente alguna persona, animal, cosa o situación.

Interiorización. El niño se apropia de lo que percibe, lo interioriza y construye su propia percepción, haciéndola formar parte de su repertorio interno.

Elaboración. El niño desarrolla la capacidad de establecer relaciones o generalizaciones de lo aprendido.

Vocabulario y conceptos para identificar objetos. El niño desarrolla la capacidad de establecer relación directa entre las palabras y los objetos de su entorno.

Nombrar. Después de realizar todo un proceso de comprensión,  el niño da un nombre o etiqueta a las cosas, de tal forma que les da un significado común  a través del nombramiento.

Comunicación explícita. A partir de la comprensión el niño desarrolla la habilidad para emitir un lenguaje preciso para responder un problema o pregunta.

Reglas verbales. En una actividad más compleja, después de que el niño establece relaciones y es capaz de verbalizarlas, desarrolla la capacidad para hacer uso, manejo y deducción de reglas verbales.

La adquisición del lenguaje es un proceso gradual en el que el niño desarrolla no sólo la capacidad para expresar la lengua sino además, es un proceso de comprensión y adecuación en el que intervienen diferentes factores, y resaltan entre ellos los procesos de pensamiento y la influencia del medio.


Etapas del Desarrollo del Lenguaje

La etapa prenatal

El feto se perfila como una criatura capaz de experimentar percepciones sensoriales, actividad motora, exploratoria e incluso comunicativa. La experiencia sensorial auditiva antes del nacimiento moldea las bases neuronales que darán lugar a un mejor desarrollo del lenguaje durante la infancia.

Los padres, ilusionados ante la llegada del nuevo hijo, hablan al bebé a través del vientre, le leen historias, emiten palabras sueltas o simplemente “dialogan” con él.

Todas estas conductas son positivas ya que no sólo comienzan a entrenar el sentido auditivo del feto, allanando el terreno para la expresión y comprensión lingüística posterior, sino que además sientan las bases de un vínculo afectivo que asegurará futuras interacciones sociales y comunicativas.

La etapa pre-lingüística

Aunque los bebés no hablen desde el mismo nacimiento, dan a conocer necesidades y sentimientos mediante sonidos. Dichas producciones sonoras van desde el llanto, pasando por los arrullos y balbuceos, hasta la imitación accidental o deliberada.

El habla pre-lingüística es la precursora del habla lingüística, e implica una producción sonora que, aunque en ocasiones pueda ser similar al lenguaje propiamente dicho, se ejecuta sin que haya una comprensión de su significado. Sin embargo, los adultos otorgan a las expresiones del bebé un verdadero sentido comunicativo, e inician interacciones, conversaciones, gestos, etc.

La etapa lingüística

El niño ya es capaz, en mayor o menor medida, de producir expresiones verbales destinadas a comunicar significados. Este periodo comienza cuando el niño dice sus primeras palabras. El desarrollo que se produce a nivel lingüístico durante los años preescolares es vertiginoso e impresionante.

En muy poco tiempo, los niños pasan de manejar un máximo de dos o tres palabras para realizar frases a generar construcciones lingüísticas similares a las que utilizan los adultos.

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Origen del lenguaje  Un circuito cerebral

Neurocientíficos de la Unidad "Neuroimagen Cognitiva" INSERM/CEA/Université Paris-Sud) y de la Universidad de Versalles-Saint Quentin, cuyos resultados se publicaron en la revista Current Biology de julio 2015, han identificado un área del cerebro que podría otorgar a la mente humana sus habilidades únicas, incluyendo el lenguaje.

La idea de que la integración de información abstracta impulsa muchas de las capacidades únicas del cerebro humano se ha considerado durante décadas, y parece que se ha descubierto. Los investigadores han identificado una red de áreas cerebrales que se activan en los seres humanos, en respuesta a las secuencias auditivas, y que no están presentes en macacos. El origen del lenguaje podría estar relacionado con la aparición de este circuito, que integra información de diferentes áreas del cerebro.

En el estudio utilizaron el método de imaginería de resonancia magnética funcional no invasiva a 3 Teslas (fMRI). Se describe la investigación con tres monos macacos y veinte voluntarios, sometidos a secuencias auditivas regulares, por ejemplo, tres explosiones idénticas seguidas de un cuarto sonido diferente (secuencia XXXY). De vez en cuando se sometieron a una secuencia que violaba esta regularidad, ya sea porque incluía un número dado de diferentes sonidos (por ejemplo XXXXXY) o porque la secuencia de sonidos era anormal (por ejemplo, XXX, que no termina con un sonido Y).



Esta figura ilustra la capacidad única del cerebro humano para integrar información auditiva abstracta. Ciertas regiones del cerebro se asocian con la detección de un cambio en el número de sonidos en el cerebro, independientemente de un cambio concomitante en la secuencia de sonido (áreas rojas). Por el contrario, algunas regiones del cerebro detectan cambios en la secuencia de sonidos, independientemente de su número (áreas verdes).

En el cerebro del mono, estos dos conjuntos de regiones están desunidos. Su intersección (en amarillo), es decir, las regiones que integran las dos informaciones 'cambio de secuencia de sonido' y 'cambio del número de sonidos', existe solo en el cerebro humano. Todas las activaciones detectadas se proyectan en una vista lateral del hemisferio derecho para fines de representación.

El cerebro del mono reaccionó a los cambios en los números y secuencias, lo que indica una cierta capacidad de abstracción. Sin embargo, lo hizo en áreas separadas, especializadas para el procesado de números o secuencias. Sin embargo el cerebro humano incorporó ambos parámetros en las zonas que coinciden con las áreas del lenguaje.

Mientras los monos perciben propiedades aisladas tales como "cuatro sonidos" o "el último es diferente", la evolución parece haber dotado a nuestra especie de una habilidad específica para integrar esta información en un todo coherente, una fórmula como "tres sonidos, y luego otro". ¿Puede tratarse del comienzo de un lenguaje interior?

Por lo tanto, aunque la representación abstracta de secuencias de sonido es posible en los primates no humanos, la evolución de un nuevo circuito cerebral, conectado a las áreas auditivas, podría haber permitido a nuestra especie adquirir la habilidad única para componer y reconocer secuencias complejas que caracterizan a los idiomas humanos.


Desarrollan un atlas para saber cómo el cerebro organiza las palabras

Un equipo de investigación de la Universidad de California Berkeley, en un estudio publicado por la revista Nature en abril 2016, han conseguido crear un atlas que revela cómo las palabras  y sus significados  están organizados en el cerebro.

Estudios más tradicionales se han visto complementados en los últimos años con los resultados obtenidos por la aplicación de nuevas técnicas de neuroimagen como la tomografía por emisión de positrones (PET), la resonancia magnética funcional (fMRI), los potenciales cerebrales relacionados con eventos (ERPs), la electroencefalografía o la magnetoencefalografía (MEG). Gracias al empleo de estas técnicas se ha identificado, por ejemplo, un grupo de regiones que parecen contener información sobre el significado de las palabras.

Estas regiones han sido denominadas, de manera conjunta, sistema semántico y parecen estar organizadas en diferentes módulos especializados que responden de manera diferencial a determinados tipos de palabras como objetos, herramientas, comida o prendas de abrigo.

Los investigadores registraron, mediante fMRI, la actividad cerebral de siete personas mientras escuchaban dos horas del popular programa de radio estadounidense “The Moth Radio Hour”. A continuación, emparejaron las transcripciones de las historias con los datos de la actividad cerebral y observaron cómo las palabras que se encontraban relacionadas entre sí desencadenaban respuestas cerebrales similares. Por ejemplo, describieron una región en el lado izquierdo del cerebro, por encima de la oreja, en la que se encontraba alojada la representación de la palabra “víctima”, que también se activaba en respuesta a otras palabras relacionadas como “muerto”, “condenado”, “asesinado” o “confeso”.

Estos resultados parecían sugerir que la mayoría de las áreas del sistema semántico representan información sobre dominios semánticos específicos o sobre grupos de conceptos relacionados. El mapa elaborado permitía mostrar qué dominios se encontraban representados en cada una de las áreas.

Encontraron, además, que a pesar de que el atlas de cada persona podía ser ligeramente diferente, la forma en la que se accedía a la información almacenada era, en términos generales, muy similar dado que los participantes activaban las mismas áreas cerebrales ante los mismos fragmentos de las narraciones. Según los propios autores, esto podría sugerir el origen innato de la estructura y organización cerebral. No obstante, como ellos mismos también señalan, es posible que dicha similitud pueda ser debida a aspectos más culturales dado que todos los sujetos tenían como elemento común, que habían sido educados en sociedades industrializadas occidentales.

En cualquier caso, y lo que es más sorprendente, estos mapas podían ser empleados para hacer predicciones sobre las áreas cerebrales implicadas en el procesamiento de narraciones distintas a las empleadas en la fase de estudio. En efecto, al registrar la actividad cerebral de los participantes ante nuevas narraciones, observaron que coincidían con las predichas por el atlas elaborado.

Finalmente, otro resultado muy interesante que encontraron estos autores es que la contribución de las áreas semánticas era relativamente simétrica entre los dos hemisferios (192 áreas en el hemisferio izquierdo y 128 áreas en el hemisferio derecho). Este resultado iría en contra de la visión más tradicional derivada del estudio de pacientes con lesiones cerebrales que apoya que el procesamiento semántico del lenguaje se encuentra lateralizado en el hemisferio izquierdo. No obstante, tal y como sugieren los propios autores, estudios previos con fMRI han mostrado que, o bien dicha lateralización es muy modesta o bien no existe.

Este estudio tiene importantes repercusiones, tanto teóricas como aplicadas. Desde el punto de vista teórico, permite profundizar en nuestro conocimiento sobre la forma en la que se organiza el lenguaje  concretamente la semántica del lenguaje  en nuestro cerebro. Además, abre la puerta a nuevos e interesantes interrogantes como: ¿Se pueden mapear otras propiedades del lenguaje como la sintáctica?, ¿Estos mapas son innatos o se desarrollan con la experiencia?

Desde un punto de vista más aplicado, este estudio podría ayudar en la creación de sistemas aumentativos de lenguaje para pacientes con trastornos de la comunicación. En este sentido, se podrían crear decodificadores del lenguaje que interpreten la activación cerebral en actos comunicativos.

Exploración del atlas cerebral en siguiente enlace: http://gallantlab.org/huth2016


La estructura de la materia blanca predice la función cognitiva en niños de uno y dos años

Un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte, publicado en línea en diciembre de 2016 en Proceedings of the National Academy of Sciences, ha comprobado que los patrones de la micro-estructura de la materia blanca que presentan los niños al nacer podrían ayudar a predecir el desarrollo de la función cognitiva a la edad de uno y dos años.

La materia blanca, formada por axones cubiertos de mielina que conectan neuronas de distintas regiones del cerebro, participa de manera activa en el aprendizaje y el autocontrol, entre otras funciones cognitivas. También se relaciona con ciertas enfermedades mentales, entre ellas, la esquizofrenia y el autismo. Sin embargo, se sabe poco sobre cómo se desarrolla en los humanos y sobre su relación con las capacidades cognitivas en la primera infancia.

Los investigadores escanearon el cerebro de 685 niños mediante tensor de difusión. Esta técnica de resonancia magnética muestra la difusión del agua por el tejido, por lo que permite identificar los tractos de materia blanca en el cerebro, así como su organización y maduración. En concreto, el equipo analizó la micro-estructura de una docena de tractos de sustancia blanca relevantes para la función cognitiva, su relación con el desarrollo de la función cognitiva y su heredabilidad.

Hallaron que esos 12 tractos eran muy similares en los neonatos; sin embargo, también constataron que, cumplido el año de vida, estos haces de fibra comenzaban a diferenciarse unos de otros. A la edad de dos años, esa distinción resultaba más marcada. Con todo, el hallazgo que llamó más la atención de los científicos fue que la estructura de los tractos de materia blanca al nacer permitía prever el desarrollo cognitivo general a la edad de un año y el del lenguaje en los niños de dos años. Según concluyeron, las neuroimágenes de la estructura de la sustancia blanca al nacer permite valorar el desarrollo cerebral del niño en los dos primeros años de vida.

Por otra parte, los investigadores analizaron el cerebro de 429 gemelos con el objetivo de evaluar la posibilidad de heredar este rasgo predictivo. Descubrieron que la micro-estructura de la sustancia blanca era ‘moderadamente heredable’, dato que sugiere que la genética puede influir en su desarrollo.

En la primera infancia acontece un crecimiento rápido de la estructura cerebral, la cognición y del comportamiento. Según los investigadores se está empezando a entender la relación entre todos ellos. Un entendimiento más preciso de esa relación podría ayudar a identificar, a edades tempranas, el riesgo de padecer problemas cognitivos o trastornos psiquiátricos, así como contribuir al diseño de intervenciones que ayuden al cerebro a desarrollarse de forma que se favorezca su función y se reduzca el riesgo.


El lenguaje pudo evolucionar a partir del canto de los pájaros

Científicos del MIT, en un estudio publicado en Frontiers in Psychology de febrero 2013, afirman que el lenguaje humano tiene un origen evolutivo y es fruto de la combinación de dos formas de comunicación presentes en el resto del reino animal.

Por un lado, el canto de las aves, y por otro, las formas de expresión más utilitarias y portadoras de información observadas en otros animales, como las abejas o los primates.

En todas las lenguas humanas existen dos "capas", una capa de "expresión"  que implica la organización cambiante de las frases , y una capa léxica  relacionada con el contenido principal de cada oración .

A partir de un análisis de la comunicación animal, los científicos afirman que el canto de los pájaros se parece mucho a la “capa de expresión” de las frases humanas; mientras que la comunicación visual de las abejas o los mensajes cortos y audibles de los primates se parecen más a la “capa léxica” de nuestro lenguaje.

En algún momento hace entre 50.000 y 80.000 años, los seres humanos pudieron fusionar estos dos tipos de expresión en una forma única y sofisticada de lenguaje, afirman los investigadores.

Para comprender la diferencia entre la capa de expresión y la capa léxica del lenguaje, se puede tomar una simple frase: "Todd vio un cóndor". Podemos crear fácilmente variaciones de esta oración, tales como "¿cuándo vio Todd un cóndor?"

Esta reordenación de elementos es realizada en la capa de expresión y nos permite añadir complejidad y hacer preguntas. Entretanto, la capa léxica se mantiene igual en ambos casos, ya que la oración sigue estando compuesta por los mismos elementos básicos: el sujeto (Todd), el verbo (ver) y el objeto directo (cóndor). El canto de los pájaros carece de estructura léxica.

El gibón plateado de Java
sabe cantar
Como contraste, otros tipos de animales tienen modos de expresión que carecen de la característica melódica del canto de los pájaros. Por ejemplo, las abejas se comunican visualmente: se agitan nerviosas para indicar las fuentes de alimento a sus compañera, y los primates, por su parte, pueden hacer una gran variedad de sonidos con los que advierten sobre los depredadores y otros temas.

La parte L del lenguaje existe en los gritos de alarma de los monos. La mayoría de los primates no humanos no cantan. Sin embargo, hay una excepción: el Gibón, de la familia Hylobatidae o los primates sin cola. Los Gibóns cantan canciones largas y complejas para marcar su territorio, atraer a un compañero o fortalecer los lazos familiares.

Esto es una reminiscencia del canto de los pájaros porque estas canciones expresan el estado interno del cantante. En la mayoría de las especies de gibones, las canciones del macho varían en las notas. Por ejemplo, en la especie del gibón plateado de Java, Hylobates moloch, se pueden reunir 14 notas distintas en diferentes órdenes.

Según los científicos, el lenguaje humano emerge de una fructífera combinación de ambas fórmulas de comunicación. De esta forma, podemos comunicar información esencial, como hacen las abejas o los primates, pero, además contamos con un lenguaje con capacidad melódica, como el canto de las aves.

A esto hay que añadir que somos capaces de recombinar las partes de nuestro discurso, lo que hace posible que podamos generar una cadena aparentemente infinita de palabras, a partir de un vocabulario finito.

De hecho, los investigadores sugieren que los humanos tuvieron primero la habilidad de cantar y que después fueron integrando determinados elementos léxicos en esos cantos. El resultado fue la capacidad de construir patrones complejos, como una canción, pero con palabras.

Si fuera una hipótesis correcta, entonces el lenguaje humano tendría un precursor en la naturaleza, en la evolución, que en realidad podemos comprobar hoy en día. El lenguaje no es sólo una construcción cultural aleatoria, afirman, sino que está basado en parte en capacidades que los seres humanos comparten con otras especies.

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Habilidades comunicativas

Las habilidades o competencias comunicativas se entienden como un conjunto de procesos lingüísticos que se desarrollan durante la vida, con el fin de participar con eficiencia y destreza, en todas las esferas de la comunicación y la sociedad humana. Hablar, escuchar, leer y escribir son las habilidades del lenguaje. A partir de ellas, nos desenvolvemos en la cultura y la sociedad, y a través de su desarrollo, nos volvemos competentes comunicativamente.

El lenguaje verbal y el no verbal (cine, música, pintura, etc.), la diversidad lingüística, la gestualidad, la emocionalidad, la comprensión de las diferencias, las semejanzas entre el habla y la escritura y el papel mediador de la lectura, cimientan nuestra capacidad de comprender, interpretar y elaborar contenidos comunicativos, para la interpretación del mundo, la expresión de la subjetividad y el ejercicio de nuestra ciudadanía.

Habilidades no verbales

Las habilidades no verbales son todas aquellas que incluyen el lenguaje corporal y todo lo que no sean las palabras. Es el arte de interpretación de símbolos y señales comunicados por los gestos, expresiones faciales, contacto visual, la postura, etc. El tono de voz por ejemplo es una habilidad no verbal por excelencia porque no es la palabra, sino el matiz de la palabra, es el lenguaje corporal de la palabra. La capacidad de comprender, re-significar y utilizar la comunicación no verbal o lenguaje corporal, es una poderosa herramienta para conectarse con los demás y con la realidad circundante.


La música y la función cognitiva

La investigación musical indica que la educación musical no sólo tiene los beneficios de la auto-expresión y el disfrute, sino que está relacionada con la mejora de la función cognitiva, el desarrollo del lenguaje desde una edad temprana y la interacción social positiva.

La escucha y el rendimiento de la música afectan al cerebro como un todo, estimulando ambas mitades: el cerebro analítico y el cerebro subjetivo-artístico, afectando el desarrollo cognitivo general del niño y posiblemente aumentando su capacidad intelectual general más que cualquier otra actividad que afecte a la bilateralidad del cerebro.

¿ Cómo estimula la música los hemisferios derecho e izquierdo ?

El hemisferio derecho se dedica a sintetizar varias partes diferentes para crear un todo cohesivo al procesar nueva información. Casi no lineal en el procesamiento de información, el cerebro derecho es experto en imágenes visuales.

El hemisferio izquierdo, secuencial y lineal en su procesamiento de datos, se mueve paso a paso al procesar nueva información. Al igual que cualquier parte del cuerpo, cualquier actividad que estimula el cerebro ayuda a aumentar su funcionalidad general.

Mientras que la mayoría de las actividades como el arte visual, la computación y el lenguaje funcionan en un solo hemisferio, la música es una de las pocas actividades que estimula ambos lados del cerebro.

El cerebro derecho, considerado a muy menudo el hemisferio más subjetivo y creativo, éste se centra en la melodía de la música. El hemisferio izquierdo, es como una parte analítica del cerebro, y el responsable de comprender la estructura musical y las habilidades motoras, como tocar el violín. Las estructuras rítmicas influyen mucho en el cerebro, por ejemplo, regiones motoras complementarias y ganglios básicos, especialmente en relación con estilos musicales sin patrón rítmico constante.

Las actividades no-musicales como caminar o artes marciales también ayudan al cerebro bilateralmente en combinación con un ritmo regular.

Escuchar música tiene varias ventajas notables

* Efectos positivos sobre los niveles de energía corporal y la frecuencia cardíaca
* Facilita el estrés y la liberación emocional
* Mayor creatividad y reflexión abstracta
* Aumenta la concentración

La investigación musical sobre la educación musical sugiere que las actividades musicales como la danza, el juego de instrumentos y el canto muestran beneficios a largo plazo en la memoria, el desarrollo del lenguaje, la concentración y la agilidad física.

Mejora la memoria. La memoria y las habilidades del lenguaje complementan al músico medio para entender mejor el lenguaje humano que aquellos que no participan en actividades musicales. Las habilidades cognitivas y lingüísticas a largo plazo han aumentado para los músicos estudiantiles que han hecho compromisos a largo plazo con la música estudiando un instrumento o participando en el rendimiento vocal.

La investigación musical muestra que la educación musical beneficia a los estudiantes aumentando la autoexpresión, las habilidades cognitivas, el desarrollo del lenguaje y la agilidad.

Mientras que escuchar música tiene una ventaja significativa en términos de los efectos fisiológicos del estrés, un instrumento o enseñanza vocal desempeña un papel significativo en los beneficios de la educación musical, especialmente en términos de memoria, lenguaje y el desarrollo cognitivo.


El lenguaje es una de las funciones cognitivas más complejas con las que cuenta
 el ser humano. Nos permite, entre otras cosas, comunicar o intercambiar 
pensamientos, ideas y emociones interactuar con los demás, acumular conocimiento. etc. 
Para ello, el lenguaje requiere la participación de muchas áreas de la corteza cerebral.