junio 30, 2017

Cerebro Bilingüe



La ventaja de aprender un segundo idioma es una mayor integridad de la materia blanca,
 es decir, una mayor eficiencia en la transmisión de la información


El bilingüismo es la capacidad de una persona para utilizar indistintamente dos lenguas en cualquier situación comunicativa y con la misma eficacia.

El multibilingüismo es la capacidad que tenemos de poder entender y hablar varias lenguas a la vez sin dificultad de pasar de una lengua a otra. Por bilingüe hay que considerar no sólo la persona que habla dos idiomas nacionales, sino también dialectos o idiomas regionales.

Los beneficios cognitivos de aprender varios idiomas en la infancia son muchos:

* Mejora de los procesos atencionales, sobre todo de la atención sostenida y dividida.

* Mejora de procesos básicos como la memoria de trabajo, necesaria para el mantenimiento de cualquier conversación.

* Mejora de la ejecución de cualquier plan de acción.

Bilingüismo simultáneo. Es fruto de una exposición a diferentes lenguas durante etapas muy tempranas de crecimiento, incluso en las etapas pre-lingüísticas de los primeros meses de vida.

Bilingüismo sucesivo. Un idioma se aprende cuando ya existe una lengua primaria bien asentada.


Cerebro monolingüe y cerebro bilingüe

El cerebro bilingüe no es igual que el monolingüe. Ni a nivel fisiológico ni funcional. Hablar más de una lengua hace que el cerebro trabaje de forma distinta, que se activen diferentes áreas neuronales y que aumente la densidad de la materia blanca, la sustancia aislante que recubre las conexiones nerviosas. Esas diferencias se traducen en la práctica en mentes más flexibles y eficientes, con mayor capacidad de atención y concentración, de resolución de problemas y de memoria, y protegen contra el deterioro cognitivo provocado por la edad o por una lesión cerebral.

Diferencias en la circunvalación
frontal inferior en un cerebro monolingüe
(rojo) y en un bilingüe (azul)
Los científicos adquieren sus datos estudiando el flujo de sangre y oxígeno a determinadas regiones del cerebro durante la realización de ciertas tareas, y se sirven de resonancias magnéticas para ello. De este modo, pueden ver que los hablantes de un solo idioma utilizan más las regiones del cerebro que se dedican al lenguaje, mientras los bilingües emplean más las centradas en el control del lenguaje, en la toma de decisiones referidas a él.

Es decir, que la principal diferencia entre un cerebro monolingüe y otro bilingüe está en su capacidad para tomar decisiones. No es que unos sean más inteligentes que otros, sino que desarrollan otro conjunto de habilidades. Por ejemplo, los bilingües desarrollan capacidades cognitivas que les permiten adaptarse a los cambios en las tareas que están desarrollando. Esto se debe a que su cerebro está constantemente eligiendo la lengua en la que se expresa, lo que le da mucha más flexibilidad. También les permite concentrarse y memorizar mejor.

Actividad cerebral
bilingüismo vs monolingüismo
Utilizar dos lenguas obliga a una serie de procesos mentales extras que modifican el cerebro y proporcionan un entrenamiento mental que acaba por suponer una ventaja para casi cualquier actividad cognitiva, especialmente para las que tienen que ver con el control atencional, es decir, con ignorar la información que no es relevante para lo que uno hace.

Se ha comprobado que las personas bilingües y monolingües utilizan partes diferentes del cerebro para cambiar de tarea cognitiva: mientras que los bilingües usan la misma área cerebral que para cambiar de lengua y controlar la lengua que hablan  el frontal inferior izquierdo o área de Broca y los ganglios basales , los monolingües tienen una menor participación de estas zonas y un mayor control de estas funciones desde áreas homólogas del hemisferio derecho.

Como las estructuras cerebrales que regulan el control atencional  el ignorar la información irrelevante  son las mismas que utiliza un bilingüe para focalizar una lengua u otra según con quien está, la práctica proporciona más eficiencia al bilingüe.


Beneficios del bilingüismo

Los beneficios del bilingüismo han sido confirmados por múltiples investigaciones, especialmente cuando la adquisición de esos idiomas comienza desde temprana edad.

Ser bilingüe supone una ventaja para la capacidad cognitiva del cerebro, la misma que juega a favor de quienes buscan ejercitarlo para mejorar importantes actividades como la memoria y la atención.

Las personas bilingües también practican constantemente la flexibilidad cognitiva al decidir cuál lengua hablar y cuál suprimir de acuerdo con el contexto en que se encuentran, habilidades que también se aplican a la capacidad para adaptarse a cambios de manera fácil y procesar información de un modo eficiente.

Durante el primer año de vida, y como un primer paso en el desarrollo del lenguaje, los cerebros infantiles están altamente afinados para recoger y almacenar información sobre los sonidos que son relevantes e importantes para el idioma que escuchan a su alrededor.

Los científicos ya saben que los adultos jóvenes bilingües  y los niños realizan mejor las tareas que dicta el sistema de control ejecutivo del cerebro.

Situado en la parte frontal del cerebro, este sistema es la base de la capacidad para pensar de forma compleja, controlar la atención y hacer todo lo que pensamos como un pensamiento excepcionalmente humano.

Por otro lado, el ser bilingüe tiene ventajas económicas. Las personas que hablan más de un idioma tienen más oportunidades de empleo. Hoy en día, en esta fuerza de trabajo global, las compañías buscan cada vez más emplear personas bilingües.

Actualmente los estudios revelan que las ventajas del bilingüismo persisten en la edad madura, incluso cuando la agudeza natural del cerebro se reduce.


Factor edad

Las investigaciones indican que la edad a la que se aprende una segunda lengua importa y deja huella en el cerebro y en la habilidad para hablarla, pero no necesariamente afecta a los beneficios cognitivos que conlleva ser bilingüe. La mayor efectividad en tareas de atención también se da en personas que han aprendido el segundo idioma más tarde.

En el cerebro del bilingüe se activan las dos lenguas, aunque sólo hable una, porque ha de esforzarse y realizar una serie de procesos mentales extras para evitar que el segundo idioma interfiera, para escoger de entre las dos lenguas la palabra que precisa en ese momento y descartar la del otro idioma; así que ejercita el control ejecutivo aunque no use la segunda lengua constantemente.

Lo que cuenta es qué lengua llega antes al cerebro, porque aunque el segundo idioma se aprenda muy pronto y se tenga un alto nivel, su representación y procesamiento en el cerebro es diferente.

Para la fonología importa la edad a la que se aprende el idioma porque el mapa fonológico se hace muy temprano, pero también afecta a cómo se procesa la sintaxis.

Los bebés nacen preparados para todos los idiomas y son capaces de apreciar las diferencias fonéticas de cualquier lengua, pero en el primer año se “sintonizan”, aprecian mejor los fonemas de la lengua que escuchan y dejan de apreciar otros.

En el caso de los bebés bilingües, la sintonización implica que al año diferencian los fonemas de las dos lenguas que oyen.


Relación entre el cerebro y el aprendizaje de un segundo idioma

La ciencia está llevando a cabo estudios en el cerebro. En estos estudios se está observando qué pasa a medida que aprendemos más cosas, entre ellas un segundo idioma. Los efectos del bilingüismo en el cerebro se han analizado profusamente en los últimos años desde distintos puntos de vista. Hay investigaciones que apuntan a que hablar dos idiomas permite combatir mejor el Alzheimer o la demencia y es que el asentamiento de un segundo idioma en el cerebro, retrasa estas enfermedades, no las puede curar, pero si retrasar su efectos.

Mapa del cerebro bilingüe
Además no solo aprender un segundo idioma retrasa los síntomas de graves enfermedades, sino que además a medida que se va aprendiendo más, el tamaño del cerebro va aumentando en determinadas zonas.

Los niños aprenden su lengua materna muy fácilmente y si tienen que aprender un segundo idioma, lo aprenden sin dificultad. Si que es verdad que a las personas mayores, les cuesta el doble aprender el idioma ya que está demostrado científicamente que mientras los niños guardan el segundo idioma en la misma zona del cerebro, los mayores tienen que emplear otra zona del cerebro para conseguir aprenderlo.

El cerebro de una persona bilingüe funciona como un semáforo. Cuando tiene que elegir una palabra, da luz verde al idioma que está usando y frena con una luz roja el término del que no necesita. Este proceso natural de selección, que hace centenares de veces al día, es como una gimnasia involuntaria que mejora su materia gris. Las personas que hablan varios idiomas ejercitan más la mente y aprenden de forma natural a desechar distracciones.

El bilingüismo aporta una mejora de las funciones cerebrales en todas las edades. Tiene una enorme importancia en el aprendizaje en periodos infantiles y refuerza la importancia de conocer dichas lenguas en la primera infancia.

Los estudios sobre la influencia del aprendizaje de lenguas en el cerebro también dan la razón a los multilingües, ya que éstos utilizan y mejoran muchas más áreas neuro-funcionales a la hora de llevar a cabo cualquier función cognitiva. En este sentido diferentes estudios neurofisiológicos demuestran que el aprendizaje de otras lenguas favorece diferentes conexiones cerebrales y aumenta la conectividad de las mismas en áreas diferentes a las propiamente lingüísticas como puede ser la activación del hemisferio derecho y de áreas occipitales del mismo.

Parece que tanto el idioma materno como el segundo idioma comparten representaciones neutrales en las áreas clásicas del hemisferio izquierdo fronto-temporal. Sin embargo, el lenguaje con menos habilidad también involucra regiones bilaterales visuales posteriores durante el mismo tiempo.

Los expertos consultados creen que cuanto más parecidas son las lenguas que se hablan, más esfuerzo ha de realizar el cerebro del bilingüe para distinguirlas y separarlas, lo que implicaría una mejora de las habilidades cognitivas. Se cree que es más fácil aprender una tercera lengua si ya se sabe dos.

En las personas mayores el desarrollo más intenso de las áreas del cerebro encargadas de las funciones de ejecución y atención que propicia el bilingüismo favorece la salud cerebral y retrasa el desarrollo del Alzhéimer o de la demencia.

El cerebro es como un músculo, y cuanto más se hablen las dos lenguas y mejor se conozcan sus estructuras y su léxico, más se ejercita y mayores beneficios se obtienen.

Los adultos, a la hora de aprender un idioma, cuentan con recursos que los niños más pequeños no pueden tener. El más evidente es la capacidad cognitiva, pero también la posibilidad de auto-motivarse, de aprender deliberadamente, etc. Sin embargo, más allá de la psicología del desarrollo, lo que hace posible el aprendizaje de varios idiomas es la necesidad. En ese sentido, tanto los bilingües simultáneos como los sucesivos usan los idiomas respondiendo a un contexto determinado.


Desarrollo del lenguaje en los niños

A mediados del siglo XX, muchos estudios defendían que los niños que estudiaban varias lenguas tenían un vocabulario más pobre, aprendían más lentamente y cometían más errores. Sin embargo, estudios recientes demuestran que los niños que dominan varias lenguas no tienen mayores dificultades en el procesamiento del lenguaje y en procesos cognitivos similares. Es más, incluso son mejores en funciones básicas como los procesos de la atención. En dichos procesos, los niños multilingües son capaces de procesar varios estímulos sensoriales a la vez y al mismo tiempo procesar cognitivamente estímulos en los que tienen focalizada la atención. Estos procesos de atención son necesarios para llevar a cabo las funciones ejecutivas que se desarrollan principalmente en áreas pre-frontales durante la primera infancia, hasta los cinco o seis años.

Se ha descubierto que las bases del lenguaje se forman desde antes del nacimiento, cuando el feto está en el vientre de la madre. Durante el tercer trimestre el feto adquiere su capacidad auditiva y empieza a captar los sonidos de su entorno, y un sonido que escucha constantemente es la voz de la madre. Es por eso que los bebés, al nacer, el primer sonido que reconocen es la voz de la madre.

Estudios culturales han mostrado que los llantos y balbuceos que hacen los bebés al nacer suenan diferente dependiendo del idioma que hablen los padres. Los bebes franceses lloran en nota creciente, mientras que los alemanes lloran en nota decreciente, imitando los contornos melódicos de sus idiomas, explicó la científica  Annie Murphy Paul, quien ha investigado ampliamente cómo se desarrolla el aprendizaje del feto en el vientre.

Los expertos en educación aseguran que los primeros cinco años de vida son cruciales en el desarrollo del lenguaje de los niños, ya que es cuando se desarrolla el 90% de su cerebro. Es por eso que, durante esos primeros años, es muy importante que los padres hablen, canten, y lean con los pequeños constantemente ya que, entre más palabras oyen, más desarrollarán sus habilidades de lenguaje y su vocabulario.

Uno de los motivos por los que los niños multilingües mejoran mucho las funciones ejecutivas y los procesos de memoria es porque mientras los monolingües cuando hablan o escuchan cualquier lengua solamente tienen que acudir a un sistema de almacenamiento de la información, los multilingües necesitan varios almacenamientos de memoria, correspondientes a los diferentes idiomas aprendidos.

Esto les confiere una mayor capacidad de relación y diferenciación de la lengua, al mismo tiempo que necesitan utilizar más recursos cognitivos; el resultado es una mayor capacidad de atención, mayores recursos cognitivos y neuro-funcionales.

El cambio constante de una lengua a otra a la que están sometidos constantemente genera una mayor actividad cognitiva y mayores recursos neuro-funcionales. Esto permite a los niños bilingües una mejora importante de las funciones cognitivas básicas, como la atención y la memoria de trabajo, al estar de forma automática ejerciendo constantemente funciones ejecutivas de gran complejidad.

Esta capacidad cognitiva les facilita unas respuestas más rápidas y con menos errores en diferentes situaciones complicadas de la vida diaria, en las que se necesita seleccionar una respuesta entre estímulos distractores.

Muchas veces los padres, e incluso los maestros, creen que si los niños crecen oyendo dos idiomas se van a confundir y tardarán más en desarrollar el lenguaje. Sin embargo, se ha demostrado que esta creencia es totalmente errónea.

Apenas con tan sólo unos días de haber nacido, un bebé puede distinguir entre dos idiomas diferentes. Los niños, cuando son pequeños, tienen una capacidad increíble para asimilar y aprender diferentes idiomas a la vez, así que es el mejor momento para que aprendan diferentes lenguas.

Según la Asociación de Niños Multilingües, el mejor momento para aprender diferentes idiomas va de los cero a los tres años de edad. Estudios de imágenes cerebrales muestran que los diferentes idiomas se almacenan muy cerca uno del otro en el cerebro de los niños que son bilingües desde que nacen. En cambio, en niños que se vuelven bilingües más tarde, el cerebro almacena los idiomas de diferente manera. Esto significa que después de los tres años los niños tendrán que hacer un mayor esfuerzo para aprender un segundo idioma.

La primera infancia es la edad ideal para el aprendizaje. La lengua adquirida únicamente de forma oral está representada en ambos hemisferios cerebrales. Por el contrario, la lengua aprendida de forma oral y escrita se lateraliza en el hemisferio izquierdo.

El impacto de aprender dos o más lenguas diferentes antes de los seis años permite por un lado tener dichas lenguas integradas en las misma áreas cerebrales, es como si estuviesen fusionadas y se disparasen de forma simultánea y con la misma velocidad. Podríamos decir que mantienen un sistema unitario de adquisición y ejecución de dichas lenguas.

Cuando los idiomas se aprenden a partir de los tres años, los niños serían capaces de distinguir claramente los fonemas de las diferentes lenguas. El resultado es una mayor y mejor conciencia de cada una de ellas y una mejor integración de las mismas en el mundo real, al tener conciencia de dicha diferenciación.

Varios estudios han mostrado que el crecer hablando dos idiomas tiene enormes beneficios.

A nivel intelectual se ha demostrado que el saber más de un idioma aumenta las habilidades cognitivas  o sea los niños bilingües se vuelven más inteligentes. El tener que asimilar y diferenciar dos idiomas les desarrolla a los niños una mayor capacidad de concentración y de flexibilidad mental. Estas habilidades los ayudan para entender conceptos complejos, y resolver problemas tanto matemáticos como lingüísticos.

Se ha comprobado que los niños que entran a la escuela y siguen perfeccionando su idioma natal a la vez que aprenden el inglés, tendrán más éxito académico, y aprenderán el inglés mejor. Los estudios han demostrado que los estudiantes que aprenden en programas bilingües tienen mejores resultados en los exámenes estandarizados que los niños monolingües.

*
*    *

Investigación

El idioma materno prepara al cerebro para aprender otras lenguas

Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad McGill en Montreal, publicado en la revista científica Nature Communications en diciembre 2015, el idioma materno nunca se olvida, por más que una persona haya dejado de hablarlo temprano en su vida para adoptar otro, e incluso podría influir en cómo se procesan los sonidos de otras lenguas.

El estudio permite comprender cómo funciona la plasticidad cerebral, o cómo el cerebro desarrolla sus conexiones, y podría dar pie al desarrollo de métodos educativos más efectivos para hablantes de distintos idiomas.

La investigación sometió a tres distintos grupos de niños, entre los 10 y 17 años de edad, a resonancias magnéticas funcionales (fMRI) mientras escuchaban palabras inventadas que sonaban a francés, como "vapagne" o "chansette".

El primer grupo era de niños nacidos y criados en hogares franco-hablantes. El segundo estaba compuesto por niños chinos adoptados antes de los tres años de edad, por una familia franco-hablante, que dejaron de hablar chino y sólo hablaban francés. El tercer grupo era de niños bilingües en chino y francés.

En los cerebros de los niños exclusivamente franco-hablantes, las partes involucradas en el procesamiento de los sonidos asociados al lenguaje se activaron, mientras que en los otros dos grupos de niños expuestos al chino se activaron esas partes, y otras más, como las asociadas a la memoria y a la atención general.

Además, los científicos observaron que los niños chinos que fueron adoptados por familias francesas y que ya no hablaban chino, que al momento del estudio eran monolingües, como quiera procesaban el lenguaje de una manera similar que los niños bilingües.

Estos resultados sugieren que los niños expuestos al chino como infantes procesan el francés de una manera distinta a los niños que sólo hablan francés. Los investigadores creen que los hallazgos de esta investigación demuestran la influencia del lenguaje materno en el desarrollo cerebral, y la capacidad del cerebro de adaptarse a nuevos idiomas.

Esta nueva investigación agrega un otro ángulo al entendimiento de cómo el bilingüismo funciona en el cerebro.


Las personas que hablan dos idiomas tienen más materia gris

Un estudio del Centro para el Estudio de Aprendizaje de la Universidad de Georgetown Medical Center (Estados Unidos), publicado en la revista Cerebral Cortex en julio 2015, ha determinado que las personas que hablan dos idiomas tienen más materia gris en la región de control ejecutivo del cerebro que quienes dominan una sola lengua.

Se solía pensar que el bilingüismo podía provocar un retraso en el desarrollo del lenguaje en los niños; sin embargo, este estudio demostró que los individuos bilingües obtienen mejores resultados, en comparación con los monolingües, en tareas que requieren atención, inhibición y memoria a corto plazo, denominados como control ejecutivo.

Los investigadores compararon el volumen de materia gris entre bilingües y monolingües adultos. Pensaron que la experiencia con dos idiomas y la mayor necesidad de control cognitivo para usar adecuadamente daría lugar a cambios en el cerebro en personas bilingües en español e inglés en comparación con lo observado en las personas monolingües en inglés. Y de hecho se observó mayor materia gris en las regiones frontal y parietal del cerebro de los bilingües, que son las implicadas en el control ejecutivo.

Así se comprobó que la materia gris del cerebro difiere en volumen en función de las experiencias de cada persona.

Otro objetivo era abordar si el hecho de hablar dos lenguas lleva a tener ventajas cognitivas y una materia gris más grande que la observada en los bilingües español-inglés, o si otros aspectos de ser bilingüe, como el amplio vocabulario, podría ser responsable de ello.

Los investigadores compararon la materia gris en los bilingües de lenguaje de señas americano (ASL) e inglés hablado con los usuarios monolingües de inglés. Tanto los bilingües español-inglés como los ASL-inglés compartían cualidades asociadas con el bilingüismo, como el rico vocabulario. Pero a diferencia de los bilingües de dos idiomas hablados, los bilingües ASL-inglés pueden firmar y hablar al mismo tiempo, lo que permite a los investigadores probar si la necesidad de inhibir la otra lengua podría explicar la ventaja bilingüe.

A diferencia de los hallazgos para los bilingües español-inglés, no se encontraron pruebas de una mayor materia gris en los bilingües ASL-inglés. Por lo tanto se concluye que la gestión de las dos lenguas habladas en la misma modalidad, en lugar de un vocabulario más amplio, conduce a las diferencias observadas en los bilingües español-inglés.


Aprender un idioma aumenta la materia blanca del cerebro

Investigadores de la Escuela de Psicología de la Universidad de Kent (Reino Unido) en un estudio, publicado en la revista PNAS en enero 2015, han demostrado que el bilingüismo tiene el mismo efecto positivo en el cerebro que el aprendizaje de una segunda lengua en un entorno de inmersión a una edad adulta  en condiciones similares a las de un hablante nativo cuando aprende su idioma materno .

Los individuos que aprenden inglés como segundo idioma desarrollan una estructura de la materia blanca del cerebro similar a la de los bilingües. Los resultados indican que tanto unos como otros mejoran la cobertura de mielina. Estos beneficios pueden darse hasta en edades adultas, independientemente del uso continuado de la lengua.

En sus experimentos, los científicos han mostrado el papel de la materia blanca, y han resaltado que la cobertura de mielina  el componente que garantiza la transmisión de los conocimientos en la materia blanca  mejora tanto en personas bilingües, como en las que aprenden un segundo idioma.

La materia blanca se denomina así porque los axones están envueltos en una capa de grasa, la mielina. Esta sustancia es como un aislamiento que impide la fuga de información en el axón  las avenidas principales que transfieren información  y asegura una mejor comunicación entre las neuronas.

Al analizar las imágenes cerebrales obtenidas de los participantes, los investigadores observaron que tanto unos como otros poseían los mismos grados de mielinización de los axones.

Utilizaron un método de resonancia magnética denominada Diffusion-Tensor Imaging (DTI), que analiza el movimiento de las moléculas de agua a través de la materia blanca del cerebro. Cuando detectaron una mayor dificultad del agua para moverse a través de la sustancia blanca, supusieron que tenía un mejor aislamiento, es decir, una mayor mielinización de los axones.

Las imágenes mostraron una mayor integridad en varias zonas de la materia blanca en los estudiantes de la segunda lengua similares a la que poseían los bilingües de toda la vida (independientemente del uso de la lengua de los últimos). Esto no se correspondía con los participantes monolingües.

Antes, se decía que los bilingües natales conservaban la estructura de la materia blanca debido a las mayores demandas cognitivas que vienen con el manejo de dos idiomas durante muchos años. Ahora se cree que cualquier beneficio del bilingüismo en la estructura del cerebro es simplemente un efecto de manejar activamente dos idiomas sin presuponer su uso permanente, pues los participantes tenían unos 30 años de edad y habían sido bilingües activos durante cerca de 7-8 años.

En otras palabras, el bilingüismo de inmersión, incluso en bilingües tardíos, conduce a cambios estructurales que pueden aportar beneficios en la edad avanzada, proporcionando asistencia para la preservación de la estructura de materia blanca en el cerebro. Las ventajas que apuntan los investigadores son una mayor integridad de la materia blanca, correspondiente una mayor eficiencia en la transmisión de la información.

Según los investigadores, el siguiente paso lógico para esta investigación consistiría en la realización de un estudio longitudinal, en el que se escaneara la actividad de bilingües de temprana edad durante un período de 3 años (o incluso más). El objetivo, afirman, sería investigar la evolución temporal de estos efectos, y hacer un gran balance de los beneficios para el cerebro al aprender una segunda lengua en un entorno de inmersión.

En definitiva, en el estudio se sugiere que el bilingüismo, que se practica desde la vida temprana, afecta a la estructura de la materia blanca del cerebro y conserva su integridad en la edad avanzada de la misma manera que se han encontrado efectos similares en la materia blanca en individuos bilingües, que aprenden su segunda lengua en un tiempo más tardío y son usuarios activos de los dos idiomas.

Este hallazgo es un fuerte argumento a favor de los beneficios generales del aprendizaje adicional de idiomas y la importancia de su uso en un entorno de inmersión.


Hablar dos idiomas retrasa el envejecimiento del cerebro

Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Edimburgo, publicado en la revista Annals of Neurology en junio 2014, se centra en si aprender un segundo idioma podría retrasar el envejecimiento cerebral y la aparición del deterioro cognitivo.

En su estudio participaron 262 voluntarios, cuyas funciones cognitivas fueron evaluadas cuando alcanzaron los setenta años (previamente se conocían los datos de test de inteligencia realizados en su niñez).

El objetivo de esta investigación fue conocer si el bilingüismo y el aprender un segundo idioma retrasaba el deterioro cognitivo, o si por el contrario, las personas con menor envejecimiento cerebral podían conocer una segunda lengua de manera más sencilla.

Según los resultados las personas bilingües conseguían retrasar los primeros síntomas del deterioro cognitivo.

Estas conclusiones demostraron que aquellos individuos que aprendían un segundo idioma en la etapa adulta también eran capaces de mantener su cerebro más joven.

La investigación vuelve a demostrar que el entrenamiento cerebral no tiene edad, sino que activar nuestras conexiones neuronales puede también mantener nuestra mente en forma.

El estudio concluyó que el bilingüismo favorecía las habilidades cognitivas relacionadas con la inteligencia y la capacidad lectora. Además, los investigadores vieron efectos muy positivos del entrenamiento cerebral mediado por el aprendizaje del segundo idioma sobre la atención, la focalización y la fluidez.

Nuestro cerebro es plástico y puede adaptarse a las nuevas condiciones del medio. Estos cambios favorecen la creación de nuevas conexiones sinápticas y por tanto, retrasan de manera clara el deterioro cognitivo y el envejecimiento asociados a la edad.


La mejor gimnasia para el cerebro es el bilingüismo

Dos equipos de investigación estadounidenses estudian en la actualidad las ventajas que una segunda lengua supone para el día a día. Ambos equipos se centran en la observación de las partes del cerebro que se activan en las personas que solo dominan un idioma frente a aquellas que funcionan en el caso de los que se comunican al menos en dos lenguas con fluidez.

Según investigadores de la Universidad de Northwestern y de Houston, en un estudio publicado en la revista Brain and Language en 2014, los cerebros bilingües están mejor equipados para procesar información.

Los científicos se sirvieron de jóvenes texanos de entre 18 y 27 años, de los que 17 eran bilingües en español e inglés y 18 sólo hablaban inglés, para continuar ampliando los conocimientos sobre el funcionamiento de un cerebro acostumbrado a manejar dos idiomas. Se estudiaba qué partes de su cerebro se activaban cuando escuchaban varias palabras con pronunciaciones similares en inglés, y otras más diferenciadas, y determinaron que los bilingües tienen mayor capacidad para concentrarse en una tarea y aislarse del ruido o las interferencias a su alrededor.

El Instituto de Aprendizaje y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Washington en Seattle, trabaja en la misma línea y analizan el proceso informal que desarrollan los niños para aprender varios idiomas a un tiempo.

Desde mediados de 2014, están en contacto con la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Educación para ampliar su investigación a centros escolares en la primera etapa infantil (de cero a tres años).

El equipo de trabajo de Seattle, incluye investigadores postgraduados que analizan el aprendizaje y el comportamiento del cerebro de sus propios hijos, que son bilingües de inglés combinado con diferentes idiomas. El cerebro de una persona que habla dos lenguas es mucho más flexible, enfrenta situaciones más complejas por lo que busca mejor las soluciones y acaba resultando mucho más ágil.

Ya han presentado sus investigaciones en el Congreso de los Estados Unidos. Sus conclusiones sirvieron para tranquilizar a la sociedad frente al temor bastante extendido que un alumno que crece entre dos idiomas perjudica la lengua materna y el aprendizaje de otras materias.


Hablar idiomas disminuye el riesgo de padecer Alzheimer

Un grupo de investigadores del hospital San Raffaele de Milán en un estudio, publicado en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) en julio 2016, ha demostrado que la enfermedad de Alzheimer se presenta más tarde en las personas bilingües y al mismo tiempo con síntomas menos intensos.

Los investigadores han centrado su trabajo en las personas que hablan dos o más idiomas. En el experimento participaron 85 personas, algunas de las cuales hablaban idiomas y otras no. Para obtener resultados utilizaron una tomografía por emisión de positrones que medía el metabolismo cerebral y la conectividad funcional entre las distintas estructuras del cerebro.

Cerebro con Alzheimer (izquierda)
muy reducido comparado con
cerebro sano (derecha)
El estudio puso de manifiesto que las personas bilingües tienen una gran reserva cerebral que les permite frenar el progreso de la enfermedad.

Según las conclusiones, en las personas con capacidad para hablar dos o más lenguas se producía un retraso de unos 5 años en el avance del Alzheimer y poseen también una capacidad mayor para reconocer lugares y rostros.

La investigación pone de manfiesto también que el efecto benéfico del bilingüismo para frenar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer depende mucho del uso que se haga de ambos idiomas a lo largo de la vida.

Esto demuestra una relación directa entre el bilingüismo y un mejor rendimiento del cerebro. La cuestión no es tanto conocer dos lenguas, sino usarlas de una manera activa durante toda la vida.

La investigación italiana es la primera en estudiar el efecto del bilingüismo en un gran grupo de pacientes con demencia de Alzheimer.

*    *
*

No es demasiado tarde para beneficiarse de un nuevo idioma

Saber más de un idioma es bueno
para la actividad cerebral
A medida que avanzan los años, se produce un proceso de envejecimiento cerebral que afecta a las funciones cognitivas que es consecuencia de la interacción de múltiples factores combinados entre sí. Sin embargo, el cerebro del ser humano tiene una plasticidad neuronal hasta la etapa mas longeva. La disminución de los procesos de plasticidad neuronal, provocadas en mayor medida por el estrés, falta de ejercicio, pasividad, etc., generan importantes alteraciones en determinadas áreas cerebrales, responsables de los procesos cognitivos.

Si se desea aprender un segundo idioma, se necesita reservar algo de tiempo para ello y las pruebas sugieren que la recompensa vale la pena.

Incluso aunque no se aprenda un segundo idioma hasta la edad madura, todavía puede ayudar a evitar la demencia.

Ser bilingüe es una forma de mantener el cerebro activo, es parte del enfoque de reserva cognitiva para el funcionamiento cerebral.

Y cuando se trata de ejercitar el cerebro aprendiendo otro idioma cuanto más es mucho mejor y cualquier cosa por pequeña que sea ayuda.

Es importante que en esta etapa de la vida se lleve a cabo un programa de estimulación cognitiva que permita estimular, rehabilitar, entrenar y potenciar la atención y la memoria de forma relajada y con ejercicios diarios. Con el aprendizaje de un segundo idioma se conseguirá una mayor capacidad cognitiva y una mejora en la relación con los demás y consecuentemente en la propia calidad de vida.

El aprendizaje de un idioma es un proceso enriquecedor en el sentido en que proporciona los medios para comunicarse con gente procedente de diferentes países al propio y, a su vez, despierta en la persona que lo estudia el sentimiento de la curiosidad que le permitirá seguir avanzando y conociendo acerca del idioma, el país y la cultura extranjera, lo cual es muy positivo para adoptar una perspectiva más amplia de la forma que tenemos de ver el mundo.

Beneficios psicológicos de aprender una segundo idioma

Crecimiento del cerebro
Aumenta la habilidad del cerebro
para enfrentar las patologías
Los áreas neuronales encargadas del lenguaje crecen como resultado del aprendizaje exitoso de un nuevo idioma, cuanto mejor es la apropiación mayor es el crecimiento cerebral.

Previene la demencia
El bilingüismo retrasa hasta cinco años el inicio de la enfermedad de Alzheimer en personas con riesgo de padecer esta demencia, lo cual es superior incluso al efecto que logran los actuales fármacos.

Mejora la capacidad de escucha
Ser bilingüe mejora la capacidad de escucha ya que el cerebro tiene que procesar más información para distinguir los diferentes tipos de sonidos de dos o más idiomas.

Ayuda a ser más sensibles a las diferencias idiomáticas
Los niños que crecen en hogares bilingües son capaces de distinguir idiomas que ni siquiera han escuchado antes.  Así por ejemplo, los niños de hogares que hablan español y catalán, son capaces de diferenciar naturalmente entre el alemán y el francés.

Mejora la memoria
Los bebés que son criados en ambientes bilingües poseen una memoria de trabajo más robusta que aquellos que solo son expuestos a un idioma, esto implica que son mejores en tareas como el cálculo mental, la lectura y muchas otras habilidades vitales.

Los bilingües son mejores en la multitarea
Aprender un segundo idioma también favorece cambiar de una tarea a otra más rápidamente, poseen una mayor flexibilidad cognitiva y les resulta más sencillo adaptarse a circunstancias inesperadas.

Incrementa la atención
Otro de los beneficios de los bilingües es poseer un mayor control sobre su atención y la capacidad de limitar las distracciones.

Dobla la activación
Duplica la activación cognitiva, mejora la atención y la multitarea,  las personas bilingües al tener dos idiomas en su mente al mismo tiempo, deben elegir cuál es el lenguaje adecuado a cada momento, lo cual parece otorgar una conmutación entrada y salida, mentalmente benéfica.

Cambia la forma de ver el mundo
Aprender un nuevo idioma literalmente cambia la forma de ver el mundo, aprender japonés, por ejemplo, el cual emplea términos básicos para denominar la luz y el color azul oscuro, podría ayudar a percibir el color de forma diferente.

Mejora el dominio de la primera lengua
Por último, el aprender una lengua diferente a la nativa ayuda a comprender mejor las normas y estructuras del lenguaje abstracto, lo cual redunda en un mejor dominio del idioma propio, además el descubrir nuevas culturas a través de su lenguaje permite obtener un nuevo punto de vista de la propia cultura desde la perspectiva del otro.



El bilingüismo que vivimos hoy es el de un mundo masivamente globalizado, con una lengua
 franca claramente imperante (el inglés) e idiomas minoritarios pero que en mayor o menor medida
 están expuestos a todo el mundo. La posibilidad de ser bilingüe hoy en día significa la 
posibilidad virtual de conocer cualquier idioma que exista ahora mismo en algún lugar del planeta.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario