mayo 12, 2017

Sustancias Psicoactivas : Popper – Captagón





Hoy, para nombrar todos estos productos que actúan sobre el cerebro, ya sea que el uso esté prohibido o regulado, se usa el término sustancias psicotrópicas o sustancias psicoactivas.

Los fármacos que afectan específicamente las funciones del Sistema Nervioso Central (SNC), compuesto por el cerebro y la médula espinal, se denominan psicoactivos. Estas sustancias son capaces de inhibir el dolor, modificar el estado anímico o alterar las percepciones, por ejemplo.

Según la OMS, las sustancias psicoactivas, conocidas más comúnmente como drogas, son sustancias que al ser tomadas pueden modificar la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de pensamiento de un individuo.

Dentro de estas definiciones se encuentran todas las sustancias psicoactivas, sean legales (alcohol, tabaco, fármacos hipnosedantes) o estén consideradas ilegales por las convenciones y tratados sobre sustancias psicotrópicas.

Los avances en la neurociencia han permitido conocer mucho mejor los procesos físicos mediante los que actúan estas sustancias.


Popper

El Popper es un tipo de droga de la familia de los nitritos. Su principal componente son nitritos de amilo, butilo o isobutilo. No posee color pero tiene un olor particularmente fuerte y penetrante.

Nitrito de amilo

Fue sintetizado por el químico francés Antoine Jerôme Balard para tratar la angina. El producto era envasado en ampolletas. El auge del nitrito de amilo ocurrió en la era del disco, en los años 70 y, luego, en la escena de las fiestas "rave" de los 80 y 90 muy influenciadas por la comunidad gay. Pronto se convirtió en la manera tanto para desinhibirse socialmente como para facilitar el sexo.

Antes se vendían en pequeñas ampollas de vidrio, que al quebrarse  haciendo un ruido onomatopéyico de POP, de donde viene la palabra Popper  liberaban sus vapores. En la actualidad vienen en frasquitos o botellitas que se destapan. Su vaporización  es tan rápida que los consumidores deben acercar sus narices al cuello del frasquito si no quieren perder su contenido.

Hace un tiempo era una droga legal que podía adquirirse fácilmente en los sex-shops. El Popper ha sido prohibido en algunos países por sus efectos nocivos para la salud.

En Gran Bretaña es ilegal a partir de abril de 2016 tras un voto en el Parlamento, que aprobó la llamada Acta de Sustancias Psicoactivas, como algo capaz de producir un efecto psicoactivo en la persona que las consume.

Efecto

Estos nitritos se consumen por vía inhalatoria. Son potentes vasodilatadores.

Su principal mecanismo de acción es relajar los músculos lisos al entrar en contacto con el sistema nervioso central, incluyendo los de los vasos sanguíneos, ocasionando una baja de la presión arterial y aumento del ritmo cardíaco, resultando en una sensación de calor y euforia que es breve. El usuario siente un sofoco vertiginoso e inmediato, una gran sensación de calor interno y una sensualidad exacerbada.


Al tratarse de un poderoso vaso-dilatador, realza el sentido del tacto. Además, favorece la relajación muscular de algunos esfínteres, que se dilatan así con mayor facilidad. Esto explicaría su popularidad entre la población gay. Los efectos son muy variados y duran entre 2 o 3 minutos nada más.

Lo que explica por qué en los principales almacenes de productos sexuales, el Popper se encuentra en las estanterías empacado en pequeñas y coloridas botellitas con nombres como Buzz (zumbido), Rush (euforia), Deep (profundo) y Hard On (erección).

Tolerancia

Es un estado de adaptación biológica que se caracteriza porque disminuye la respuesta que provoca la administración de la misma cantidad de una droga.

No hay síntomas de abstinencia conocidos: puede desarrollarse una dependencia psicológica, que dependerá más de la persona que la consuma más que de la droga en sí misma. Puede llegar a provocar la muerte por su potente efecto vasodilatador.

Efectos secundarios

El consumo frecuente de esta droga implica riesgos neurológicos, la posibilidad de que la visión se vea temporalmente afectada, cambio de color de piel, uñas, enrojecimiento de ojos, cara y cuello, pérdida del apetito, hemorragias nasales, taquicardia e hipotensión. Sus efectos secundarios pueden durar varios días.

En dosis bajas, los efectos son similares a los de un anestésico; disminuyen el ritmo de las funciones corporales. En dosis medias produce una leve pérdida de control y desinhibición, y en dosis altas se puede llegar a perder el conocimiento.

A largo plazo, los efectos del Popper incluyen la pérdida de peso, fatiga, desbalanceo químico y fatiga muscular. También puede ocasionar daños en el sistema nervioso, en el hígado, los riñones y la sangre. Es muy frecuente experimentar fuertes dolores de cabeza debido a que al dilatarse los capilares y bajar la presión, el corazón aumenta su ritmo. Luego del efecto vasodilatador, los capilares quedan inflados por la presión sanguínea y provoca migraña.

Los daños más graves son la pérdida del conocimiento, confusión mental, convulsiones, vértigo, sudoración, náuseas, vómitos y enrojecimiento del rostro. Las náuseas y vómitos combinado con el estado de inconsciencia que puede producir son particularmente peligrosos ya que si la persona vomita boca arriba puede ahogarse. Si en lugar de ser inhalado el Popper es tragado, podría incluso ocasionar la muerte.

Un sistema inmune ya debilitado puede sufrir daños suplementarios por consumo de Popper, quedando debilitada la protección natural o reforzada contra bacterias, virus y otros agentes patógenos. De momento, poco se sabe sobre las interacciones entre el Popper y los medicamentos antiretrovirales.

Precauciones

Se deben tener extremas precauciones pues esta droga reduce el funcionamiento del sistema inmune. Además la combinación de Popper con estimulantes como el alcohol y otras drogas como la cocaína aumenta los riesgos.

Su efecto de droga recreativa sexual puede evitar que el consumidor deje de sentir irritaciones o desgarros durante el sexo, y por tanto, no sólo aumenta el riesgo de un posible traumatismo corporal, sino el de transmisión del VIH y de otras enfermedades venéreas, ya que su consumo produce que las mucosas corporales estén más expuestas a infecciones por sífilis, clamidias o VIH.

El Popper es un ácido: si cae en la piel y mucosas (incluido el ano) causa más heridas. Cualquier derrame de Popper debe lavarse con agua abundante. No se recomienda inhalar la sustancia por la boca, ni jamás beberla o inyectarla. Es un producto altamente inflamable y una mínima chispa de cigarrillos, encendedores, etc., puede llegar a provocar un incendio rápidamente.

Contraindicaciones

Las personas con problemas del corazón, anemia, glaucoma (presión alta en el ojo) o alteraciones de la presión arterial no deben ingerir este tipo de sustancias.

El consumo de Popper tiene su lado peligroso cuando se mezcla con otras drogas que también interfieren en el ritmo cardíaco como la cocaína o el éxtasis.

Está prohibida la inhalación de Popper a los que sufren de problemas cardíacos y especialmente a aquéllos que hayan tomado Viagra en las últimas 24 horas, esa combinación puede ser fatal.

El Popper posee un riesgo extra para los que cuentan con sistemas inmunes suprimidos, problemas cardiacos, presión sanguínea alta o baja, una historia de hemorragias cerebrales, anemia.

En las mujeres embarazadas, el consumo de Popper puede causar una enfermedad fetal llamada síndrome de bebé azul.


Captagón

Captagón es el nombre comercial de la fenetilina (INN), una droga compuesta de anfetamina y teofilina, un alcaloide estimulante del sistema nervioso central.

La fenetilina fue sintetizada por primera vez en 1961. Este compuesto de anfetamina se usó durante veinticinco años como una alternativa a las propias anfetaminas en el tratamiento de diversos trastornos por ser más suave.

Se empezó a producir en 1963 para tratar la hiperactividad, la narcolepsia y la depresión, pero se prohibió en la década de 1980 por falta de potencial terapéutico y por su parecido a las anfetaminas.

La producción de Captagón (y otras marcas comerciales) se terminó en 1981 debido a su inclusión por parte de la OMS dentro de la lista de sustancias psicotrópicas ilegales.

La fenetilina al ser metabolizada por el cuerpo, genera aparte, dos fármacos más: la anfetamina y la teofilina, cada uno de los cuales son por sí mismos estimulantes activos. Los efectos fisiológicos de la fenetilina son el resultado de la combinación de los tres fármacos.

Hoy en día el Captagón no está compuesto por fenetilina en estado puro. Se utiliza un sucedáneo basado en fenetilina, y adulterada con metanfetamina, cafeína y anfetamina. Una droga fácil y barata de fabricar.

Consumo

El Captagón de la misma forma que otras drogas sintéticas se suele encontrar en forma de pastillas de variados colores. En muy raras ocasiones se pueda localizar como un polvo refinado.

Se consume ingiriéndolo de forma oral en comprimidos. Teniendo en cuenta su naturaleza siempre persiste la posibilidad de esnifarlo o ser inyectado en vena.

Efectos del Captagón

El consumo desmesurado prolongado del Captagón produce tolerancia y adicción. En cuanto a los efectos secundarios, pueden variar, desde una estimulación excesiva del sistema nervioso central, hasta psicosis tóxicas o anfetamínicas o dependencia.

La droga puede producir efectos de euforia y desinhibición muy potentes. Causa también fatiga intensa, estados depresivos, delirios.

A nivel molecular, la fenetilina penetra en las neuronas y actúa sobre los neurotransmisores presentes en las vesículas sinápticas: la serotonina, que regula el estado anímico y la dopamina, generando placer. La fenetilina también aumenta la liberación de glucosa.

Estos agentes son de tipo adrenérgico, generan sensaciones similares a la adrenalina, producen acciones directamente a nivel de las membranas sinápticas: estado de euforia, pérdida del apetito, insomnio y un aumento de la respiración.

Este estimulante aumenta el rendimiento cognitivo y mejora la atención. Disminuye sustancialmente el cansancio, el sueño y el hambre. Genera una ausencia de dolor y de empatía.

Elimina el miedo y permite incrementar el rendimiento sexual. Confiere a sus consumidores arrojo y una energía sobrehumana.

La fenetilina una vez ingerida y metabolizada por el cuerpo humano se desintegra en su mayor parte dando lugar a sus primigenios componentes: anfetamina y teofilina. Los efectos de su consumo (sin adulterar) corresponden al resultado de la acción de tres sustancias.

Los efectos aparecen entre los 30 a 60 minutos de ingesta vía oral, pero si se ingresa en el organismo por vía mucosa o endovenosa, los síntomas son prácticamente inmediatos. La duración de vida plasmática es de doce horas, pero puede oscilar entre las cinco y las treinta horas, dependiendo de la manipulación potenciadora que tengan.

Está estrechamente vinculado el aumento de consumo de estimulantes con el aumento de la violencia. Los segundos de reflexión para tomar una decisión, al estar bajo consumo, se pierden y se actúa de manera automática, sin medir las consecuencias.

El Captagón, la droga de los yihadistas

Se conoce el Captagón en Occidente como "la droga de los yihadistas", por el uso que hacen de ella los combatientes en Siria, para olvidar el dolor y el miedo. La droga proporciona a los soldados una energía sobrehumana y coraje.

El caos en Siria propulsó en el país y en el Líbano la fabricación y el tráfico del Captagón, destinado a los combatientes.

Las drogas como el Captagón y las anfetaminas rompen el miedo y vuelven valiente a un soldado. Además, lo concentra y lo vuelve más propenso a aceptar órdenes. Pero no pueden ser drogas con efectos alucinógenos fuertes porque distraerían. En vez de eso, se usan derivados de las anfetaminas por su capacidad de reducir las necesidades fisiológicas, aumentar las capacidades físicas y concentrar. Y, además, por lo baratas que son de sintetizar.

La droga sigue produciéndose de manera clandestina en el Líbano, Turquía y sobre todo en Siria, llegando a ser una de las drogas más populares en Oriente Medio.

En Líbano, los talleres en los que se produce Captagón están concentrados a lo largo de la frontera con Siria, en el este o el norte. No se necesita mucho sitio para fabricarlo. Es posible producir silenciosamente millones de pastillas en una furgoneta. Para elaborar Captagón se precisan anfetaminas a las que se añade alcohol y ácido cítrico. Luego se secan los ingredientes y se colocan en una empacadora usada normalmente para endurecer los caramelos.

El consumo de este producto no está vinculado imperativamente al yihadismo. Los países del Golfo son los principales consumidores, especialmente Arabia Saudita, a la que va destinada la mayoría de la mercancía.

El mercado real de la droga es Arabia Saudita, que la consume más que cualquier otro país. El tráfico de drogas es un negocio de 6.100 millones de dólares en el reino saudita.

Otro factor clave de las drogas en la guerra es el económico. Por su bajo coste y alto precio, así como por sus propiedades, es un producto con mucho beneficio. Por eso es empleado por organizaciones criminales,  y que en ocasiones se relacionan con el aparato gubernamental de países en conflicto  para generar dinero que alimente la economía de guerra.


Efectos de las sustancias psicoactivas en el cerebro

El cerebro está compuesto por muchas partes que trabajan juntas como un equipo. Diferentes partes del cerebro son responsables de coordinar y llevar a cabo funciones específicas.

Cuando se toman drogas lo que se está introduciendo en el cerebro son sustancias químicas que penetran en este órgano vital consiguiendo interferir en la trasmisión neuronal.

Las drogas pueden alterar áreas importantes del cerebro que son necesarias para funciones vitales y pueden fomentar el abuso compulsivo de drogas que caracteriza a la adicción.

Las drogas son sustancias químicas que afectan el cerebro al penetrar en su sistema de comunicación e interferir con la manera en que las neuronas normalmente envían, reciben y procesan la información.

Pueden causar que las neuronas liberen cantidades inusualmente grandes de neurotransmisores naturales o pueden prevenir el reciclaje normal de estas sustancias químicas del cerebro. Esta alteración produce un mensaje amplificado en gran medida, que en última instancia interrumpe los canales de comunicación.

Las drogas alteran el funcionamiento químico del cerebro revolucionando este circuito, dándole mucha más dopamina de la que se produce en un proceso placentero habitual. 

Esto tiene varias consecuencias :

* El cerebro intenta readaptarse a este exceso de estimulación, que puede destruir la neurona, disminuyendo el número de receptores de la dopamina en la neurona y aumentando el número de recogedores y degradadores de la misma.

* Esto llevará a la tolerancia: el cerebro va a necesitar cada vez más droga para llegar al mismo efecto que la primera vez.

* Pero más importantes van a ser las consecuencias en la conducta: las actividades que antes resultaban placenteras, progresivamente dejarán de sentirse igual de satisfactorias e interesantes o motivantes. Ya sólo quedará la droga para llenar ese vacío.

A medida que el cerebro se va adaptando a la presencia de la droga, otros circuitos cerebrales se irán afectando y modificando. El primero de ellos y más estrechamente relacionado con el circuito de recompensa será el circuito de la memoria y el aprendizaje. Este será el encargado de crear el hábito y la adicción.

El aprendizaje de buscar el placer es instintivo, muy fuerte y resistente al olvido. Todo lo que implique conseguir y administrarse la droga estará fuertemente impregnado en el cerebro, convirtiéndolo en automático, compulsivo e inconsciente.

Este condicionamiento de la conducta puede durar muchos años haciendo que algún estímulo (o recuerdo) lleve a desear drogas a alguien después de mucho tiempo de abstinencia.


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